Mientras el chico cerdo se quedaba solo, la joven pelirroja se encaminaba hacia el lago para lavar las prendas y cambiarse, ésta iba pensando en que ya eran 3 días con aquel problema femenino, sabia que había llevado suficientes paquetitos de esos para cambiarse, un aproximado para 7 días y cambiarse cada 4 horas, ya se imaginaba las tareas que tendría amontonadas, empezaba a pensar que quizás podría hacer un examen de conocimiento general para concluir la preparatoria, hacer tareas era demasiado fastidioso para él, aparte de preocuparle de como devolvería la cantidad de toallas que hasta ahora iba usando, sin que las hermanas Tendo notaran que les hacían falta, sabia que pasando el tiempo y si aun no regresaba a ser hombre de manera definitiva, necesitaría buscar la manera de generar ingresos para comprar aquellos productos femeninos, que hasta el momento nunca había tenido la necesidad de usar, ya no podría permitir que Kasumi lavara sus ropas, ahora sería el quien lavaría sus prendas de ahora en adelante, al igual que sabia que tendría que empezar a ahorrar dinero para mudarse de la casa de la familia Tendo, pues aunque el tenia la esperanza de que no le volvería a pasar lo que estaba viviendo, estaba seguro muy en el fondo que no sería así, no sabia sobre otras personas con maldiciones como la que el tenía, ni tampoco conocía ah alguien mas que tuviese una maldición desde niño como el ahijado del maestro Hapossai.
-Mmm, necesito pensar de manera clara -susurro la pelirroja. (Ya no puedo seguir con esta maldición, pero no hay manera de desaparecerla, porque me tenia que tocar la peor de todas, porque no caí en donde un animal, ahhh, soy el único con la maldición de ser otro ser humano) -pensaba la joven pelirroja. -Bueno solo me queda esperar a que se me quiten los sangrados y con eso quizás pueda regresar a ser hombre, con la esperanza de no mojarme con agua fría, regresando buscare un trabajo para devolver lo que estoy usando de las chicas -comento la joven, mientras terminaba de lavar las ropas, pues la toalla ya se la había cambiado desde que llegara al lago.
Ryoga sin embargo seguía en lo suyo, en la dualidad de los sentimientos que sentía y lo ponían cada vez mas pensativo aunque quisiera ignorarlos, sin embargo cayo sus pensamientos y decidió que tenia que ayudar a su amigo-rival, necesitaba que recordara lo que le había pasado para que pudiese superarlo, porque sabia que tarde o temprano le haría mucho daño su subconsciente. Así que cuando vio a la pelirroja que ya regresaba, el ya había terminado de cocinar aquellos pescados que habían recolectado, ahora solo necesitaba buscar el momento adecuado para sacar el tema, lamentablemente el joven Hibiki nunca lo encontró, pues cada vez que intento mencionar sobre ello, se terminaba mojando y convirtiendo en cerdo, para ser rescatado por la chica quien ya se estaba empezando a cansar de tener problemas ajenos encima.
Apenas era sábado y el chico que siempre se perdía estaba mas lejos de la realidad de lo que normalmente solía estarlo, sin embargo Ryoga si había notado algo inusual para el, pues Ranma cada cierto tiempo se iba al lago y regresaba, sin mencionar que ya había visto que igual ingería pastillas, quizás el joven estaba enfermo de algo y con su curiosidad despierta, decidió indagar que le pasaba a su compañera de campamento.
-¡Oye Ranma! -comento mientras estaban sentados alrededor de la fogata, cuando noto que la pelirroja le hacia caso prosiguio -¿Estas enfermo del estomago? -pregunto.
-¿Qué? -pregunto la joven sorprendida.
-Me preguntaba si estas enfermo, porque vas al lago cada cierto tiempo, aparte de que ya te he visto tomar aquellas pastillitas cada que entras a la tienda antes de que te vayas al lago -dijo el joven Hibiki.
-Porque demonios me andas observando, no es algo que deba importarte -respondio uraña Ranma.
-Disculpa que me preocupe por ti Saotome, pero no es normal tu forma de actuar, el que no dejes de ser mujer, tu nunca desaprovechas el ser hombre cada que eso te sucede, sin embargo estás así desde que nos encontramos, acaso te quedaste atrapado en tu maldición para siempre -hablo de manera burlona, sonriendo arrogantemente.
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Es Posible Esto
FanfictionAh unos meses del intento por juntar a las familias Tendo y Saotome para casar a Ranma con Akane, y ahora con un año y medio de tener la maldición en su cuerpo, está por fin logra su cometido cambiar el organismo de Ranma más de lo que de por si ya...