Es Posible Esto

Akane Tendo y Mouse

-Sábado en casa de Sayuri, 4 pm-

En aquel momento en que Ranma y Ryoga se encontraban a unas horas de Nerima, la chica a la cual siempre la llamaban marimacho, se encontraba con su amiga, pues era mejor estar con alguien con quien se llevaba bien a estar a solas con él chico de la trenza, del cual estaba enamorado, con quien solo terminaba peleando por cosas sin sentido alguno.

-¿Oye Akane te sientes bien? -pregunto su amiga viéndola algo triste, y pensativa.

-La verdad, no, eres mi mejor amiga Sayuri, y aunque nunca he dicho como me siento en realidad, te confiare lo que guardo porque no tengo con quien hablar sobre esto, sin sentirme tonta -respondió Akane.

-Claro, sabes que puedes contar conmigo, jamás contare lo que me digas -respondió sonriendo.

-Sayuri, amo demasiado a Ranma, no sé como sucedió, pero lo amo demasiado, a pesar de que nuestros padres arreglaron un compromiso cuando aún ni siquiera habíamos nacido, lo amo demasiado, con sus rarezas, sin importarme como sea, y duele mucho, porque muy en el fondo, siento que él no me mira de aquella forma -hablo la chica Tendo, empezando a llorar.

-¡Oh, Akane! -respondió su mejor amiga, acercándose a ella para abrazarla -Tranquilízate, no soy quién para decirte como debes sentirte, quizás te moleste lo que te diré, pero siempre he visto como tratas a Saotome, espera -agrego callando a la chica que estaba a punto de hablar para refutar las palabras de su amiga. -Quizás no te das cuenta, es tu manera de auto protegerte para no salir lastimada, pero siempre estas golpeando a Ranma, cuando él no es quien tiene la culpa de lo que pasa, siempre que llega la chica de cabello morado, ella es quien abraza y atosiga a Saotome, y en vez de ayudarlo porque a leguas se nota que él no quiere que lo abrace ella, a quien terminas atacando es a él, lo mismo haces con cualquier otra mujer que lo atosigue, también si es chica lo golpeas, aunque ahí si es algo descarado Ranma, pero de igual modo se nota que no lo hace para coquetear, si Akane, no me mires así, sé que Ranma se vuelve esa chica pelirroja, así que supongo que a pesar de que se transforme de aquel modo lo amas -dijo tranquila su amiga.

-¿Como sabes eso? -pregunto intrigada Akane.

-Hay que ser demasiado tonto si no te das cuenta, aparte, recuerda que una vez se transformó enfrente de toda la escuela, muy pocos lo recuerdan, o ya no se encuentran en la escuela, pero yo me di cuenta desde el inicio así que, no importa realmente, lo que importa es como lo tratas tú, sin ofender amiga, pero sea chico o chica, lo tratas mal, si te interesa demasiado Ranma y te quieres casar con él, no solo tienes que intentar llevarte mejor con él, necesitas lograrlo para que él pueda verte del mismo modo que tú lo haces, aprende a cocinar, hey no me mires feo pero no sabes cocinar, no sé cómo puedes confundir los ingredientes, y tratar de preparar algo como si estuvieses peleando, pero practica con moderación y por favor no te ofendas si alguien no quiere probar lo que has cocinado; habla con él, dile como te sientes y pregúntale seriamente a él también; si a pesar de todo cambias tu forma de tratar a Ranma y él no lo nota o no lo aprecia, entonces no te cierres a ese amor, sigue el consejo que le diste a tu amigo el repartidor -agrego sería la joven, mirando la cara de estupefacción de Akane.

-¿Como sabes sobre aquella platica Sayuri? -pregunto la joven Tendo entrecerrando los ojos. -¡Nos estuviste espiando! -grito molesta la pelinegra.

-Si, pero deja de ponerte así, solo aplica lo mismo que le mencionaste al joven, y trata de divertirte y pasarla bien con él, se nota que necesita sentir más seguridad, así que al rato que venga por ti usa la ropa con la que te sientas más cómoda y se tu misma -respondió sonriendo sin ningún remordimiento por haber espiado la noche anterior.

La peli negra solo asintió sonrojada, no perdía nada por pasar tiempo con el chico que se convertía en ganso, además de que ninguno de los dos sentía algo por el otro, podían ser ellos mismos; animada decidió vestirse con la ropa que le gustaba y la hacía sentir segura; un jogger holgado, sus zapatillas deportivas y una blusa de tirantes. Faltaba poco para las 5 de la tarde. Sayuri sonrió satisfecha de ver a su amiga sonriendo y la abrazó deseándole una buena salida.