Capítulo VI: Vainilla

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Rayos, gracias a que leí un comentario me dí cuenta que no he dicho cada cuando actualizo. Será un día si y un día no, a veces pasarán dos días para la actualización, hasta eso quiero hacerlo seguido para no perder el hábito y terminar dejando de lado la historia :v/. Por cierto! Aunque serán esos días, cuando ocurran cosas en mi vida que no me permitan actualizar esos días (como en esta ocasión), tardaré más de lo que dije peeeero, les puedo asegurar que no pasará más de una semana sin actualización :v/.

En fin, les dejo el cap :3.

....

– Mierda, ¡señor Mikey aléjese de mí! – gritó mientras empujaba los hombros de Mikey intentando evitar que siguiera besando su cuello ¡No quería que su primera vez fuera así!

Mikey ignoraba los empujes y a cambio ponía más de su peso encima del cuerpo de Takemichi para inmovilizarlo un poco más.
Takemichi comenzó a moverse más alocadamente y a patear al chico rubio sobre él. El joven alfa parecía débil debido a su constitución física pero no lo era en absoluto.

El alfa de Mikey estaba molesto, ¿Por qué se movía tanto el omega? Ya debería quedarse quieto y dejarlo hacer lo suyo ¿Que no se supone que eso quería? El olor era muy potente en todo su cuello y cuerpo, al parecer quería mucho tener cachorros pronto, incluso el sabor de la feromona se lo indicaba.
Molesto, el alfa dió una gran mordida en el cuello de Takemichi y gruñó, indicándole con esa acción que se controlara.
Takemichi gimió de dolor, Mikey estaba mordiendo con fuerza y gracias a las feromonas de excitación y agresividad que emitía este, sabía que si se movía más podría terminar desgarrando la piel de su cuello, detuvo sus movimientos por un momento, cuando le dejara de morder el cuello lo golpearía sin duda.

El alfa dejó de gruñir, satisfecho porque el omega ya había dejado de moverse. Soltó el cuello y comenzó a lamer con cariño en donde segundos antes estaba mordiendo, sin embargo, eso no haría que desapareciera la marca.
Takemichi aprovechó y se liberó para intentar golpearlo, lástima que el alfa era demasiado fuerte y los pocos golpes que recibió no le hicieron nada, sólo provocaron su molestia y encendieron sus ganas de dominarlo y conquistar al omega, ahora logrando tomar ambas manos e inmovilizarlas para evitar los golpes. Al parecer era un omega que sería muy bueno cuidando a las crías mientras salía a conseguir alimento. Buen omega.
El alfa comenzó a meter su mano libre entre la ropa de Takemichi haciendo que este se estremeciera por el contacto de las manos frías en la piel de su estómago que lo recorrieron hasta llegar a su pecho. Takemichi se estaba empezando a asustar.

– ¡Señor Mikey! Mikey, ¡reacciona carajo! –

Takemichi luchaba, no esperaba que Mikey fuera tan jodidamente fuerte, y como última opción decidió morder. Con su dentadura agarró con fuerza la piel expuesta del hombro de Mikey, esperando que así reaccionara o por lo menos se alejara para poder pararse y huir.
El alfa siseó y gruñó debido al dolor.

– Shh, shh, no te haré daño – habló con cariño mientras palmeaba la cabellera negra de su omega. Pensaba que probablemente el omega estaba asustado.

Por la impresión, Takemichi aflojó la mordida y Mikey aprovechó para liberarse y hacer contacto visual. Cuando vió la sorpresa y el miedo en esos ojos azules reaccionó ¿Qué carajo estaba pasando?
Rápidamente se alejó del chico debajo de él, el olor a omega en celo aún era potente pero ahora que había entrado en sus cabales podía controlarse. Vió como el chico tenía la ropa desarreglada y unas oscuras marcas besos en su cuello, incluso notó una marca de mordida que seguramente tardará varios días en quitarse.

– Mierda, Takemicchi, no quería que esto pasara yo, joder, tenía entendido que eras un beta yo no sabía qu-

– Soy beta ¿Y? ¿Qué haces aquí? – Takemichi interrumpió molesto. La cuestión no era de que si es beta u omega, sino el que había entrado a su departamento sin su consentimiento.

Conociendo a mi alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora