edmund fan fiction
- || Donde Adhara nunca creyó en los cuentos de "fantasía" que le contaban sus abuelos, hasta que conoce a los Pevensie y de pronto un mundo en el ropero ya no sonaba tan loco. ||
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CREER EN LA MAGIA ES CADA VEZ MÁS COMPLICADO, EL MUNDO DE AHORA SOLO EXIGE la lógica ante todo, lo irracional siempre será falso y pocas almas logran sobrepasar esos límites y simplemente creer.
Lucy Pevensie es una de esas pocas almas. Les contaba a sus hermanos y a su nueva amiga donde había estado las últimas horas; un mundo dentro del ropero, nieve por doquier, un farol que alumbraba la llegada y un fauno que la había estado acompañando; un mundo llamado Narnia.
Intentando convencer a sus hermanos y a Adhara que todo eso era real, pero ¿Cómo creer en algo que no haz visto nunca?, es confiar ciegamente en una niña pequeña con una gran imaginación.
Adhara y los Pevensie se encontraban en la habitación del tan misterioso armario, buscando el mundo mágico del que Lucy les había contado.
Susan se encontraba abriendo las puertas del ropero, el armario era más grande de lo que Adhara había previsto, dándose cuenta de que Lucy y ella si se hubieran podido esconder juntas.
Adhara y Edmund se dirigieron a la parte de atrás de este, desde adentro del armario Susan golpeo la madera del final del ropero, Edmund hizo igual solo que desde afuera. Los dos niños compartieron miradas interrogantes, Adhara se limitó a encogerse de hombros.
—Lucy, aquí no hay nada más que el fondo del ropero.—Comentó Susan con demasiada seriedad, su tono era severo, Adhara en ese momento supo que probablemente se acercaba una disputa familiar así que se alejó un poco.
—Un juego a la vez, Lu.—Le reprochó Peter.—No tenemos tu imaginación.—Prosiguió el rubio para empezar a caminar hacía la puerta seguido de sus dos hermanos.
—¡Pero no lo imaginé!—Grito Lucy antes de que salieran de la habitación.
—Lucy ya basta.—comentó un poco cortante Susan.
—Pero no estoy diciendo mentiras.—Algo en su voz les tentaba a creerle, pero era improbable y Adhara lo asocio a las fantásticas historias que sus abuelos le contaban.
—Yo te apoyo.—En el momento que Edmund dijo eso Adhara sabía que todo saldría mal, conocía poco al pelinegro, pero sabía qué casi nunca tenía buenas intenciones.
—¿Enserio?—pregunto Lucy con total asombro, sin creer que su hermano mayor le creyera.
—Si, te creo... Yo vi un campo de fútbol en el gabinete del baño.—dijo Edmund con burla, realmente sabía como empeorar las cosas.
