edmund fan fiction
- || Donde Adhara nunca creyó en los cuentos de "fantasía" que le contaban sus abuelos, hasta que conoce a los Pevensie y de pronto un mundo en el ropero ya no sonaba tan loco. ||
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CAMINANDO POR NARNIA, POR UN BOSQUE CONGELADO, IBAN CINCO NIÑOS SIENDO guiados por un castor, admiraban cada rincón de el increíble mundo que habían descubierto, habían estado caminando por un largo tiempo, tanto que cuando llegaron a su destino las estrellas empezaban a brillar en el inmenso y azul cielo.
—Ah, perfecto, mi esposa está preparando té, nos vendría bien algo caliente.—dijo el castor señalando una presa que se veía a lo lejos.
—Que linda presa.—comentó Lucy con tono amable.
—Ay, no es mucho en realidad, me faltan detalles, no la he terminado, será un gran negocio cuando este lista.—dijo con modestia el castor.
—¿Castor eres tú?—Escucharon a lo lejos.—Estaba angustiada, sí descubro que estuviste con tu amigo el tejón...—y la señora castor dejo el regaño hacía su marido cuando notó la presencia de los niños.—No es lo que pensé—siguió hablando la castor con asombro.—Jamás creí que viviría para ver esté día. Mira mi pelo, no me diste ni diez minutos para arreglarme.—recriminó pasando sus patas delanteras por su pelaje.
—Nunca hubieras estado lista aunque tuvieras un mes.—dijo el castor sonriendo, haciendo reír a cuatro de los cinco niños, el pelinegro ni se inmutó y sus rasgos seguían inexpresivos.
—Por favor pasen.—Les ofreció la castor.—Necesitan algo de comer y además compañía civilizada.
El castor sólo se rió del comentario de su esposa.—Despacio, sigan con cuidado.—les indicó.
La casa de los castores era demasiado acogedora, al momento de entrar se sentaron Adhara, Peter, Susan y Lucy en la mesa en donde había variedad de alimentos, en cuanto a Edmund se sentó en las escaleras, al lado de la puerta.
—¿Hay algo que podamos hacer por el señor Tumnus?—Preguntó Peter a los dos castores.
—Debe estar en el castillo de la bruja, ya saben lo que dicen, solo algunos han cruzado sus puertas y vuelto a salir.
—Algo de comer—La señora castor reprendió a su esposo con la mirada puesto que había visto la expresión que había tomado la cara de Lucy al escuchar eso.—Pero hay esperanza querida.—le dijo a Lucy y después dirigiéndose a su marido preguntó.—¡Hay esperanza ¿verdad?!
El castor que se encontraba tomando agua, casi lo escupe todo.—¡Ah si! Hay algo más que esperanza.—y revisando que nadie más escuchará habló en tono bajo.—Aslan esta en camino.
Ninguno de los humanos sabía de quién estaba hablando, los niños tenían expresiones confundidas en sus rostros, pero ese nombre les produjo una paz y tranquilidad inigualable.
Edmund que hasta ahora no había participado en la conversación se atrevió a preguntar.—¿Quién es Aslan?
A lo que el castor se empezó a reír confundiéndolos mucho más.—¿Quién es Aslan? ¡Que simpático eres!—Al notar los rostros desconcertados, la Castor le dio un codazo a su marido para luego señalarlos con la cabeza.—¿Enserio no lo conocen?
