31❝ Limpieza ❞

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Changbin iba por su quinto suspiro en el mismo minuto. Estaba solo y era domingo por la tarde, mirando una absurda serie policíaca. Bueno, tan solo no estaba, Félix se encontraba abajo haciendo su trabajo ya hace como dos horas, lo extrañaba, pero no quería ir a interrumpirlo, pues él mismo lo dijo; lo toma y no suelta.

Entonces, para que la tarde o al menos acabara más rápido el turno de Lixie, su mente viajó hacia el día anterior y en lo que pasó en ese maldito sofá. Mierda, de solo pensarlo se volvería a excitar y no quería masturbarse en el baño pensando en él. Pero no podía evitar pensar en la manera que su pequeño gemia o el simple hecho de presenciar como se tocaba para él.

Solo quería que sus labios rodearan su pene y así poder follar su dulce y caliente boca. Pero sí a Félix no le gustaba o no lo quería hacer, él no lo obligaría.

Nunca.

Salió de su cama de un salto y apagó la televisión, sin importarle salir de la habitacion descalzo. Abrió la puerta de un golpe, encontrándose con el sobresalto de Félix, que luego de inhalar profundamente, lo miró.

—Me asustaste —Seo rió.

—Hola, lindo —dijo, guiñándole el ojo con un tono seductor y acercándose a él para tomar su cintura y arrebatarle la paletita dulce que traía en su boca, pasando el dulce húmedo por los carnosos belfos.

Una vez esos labios estuviesen llenos, Changbin comenzó a degustarlo con un lento y sabroso beso. Félix, luego de unos segundos de alguna clase de "shock", llevó sus manos hacia las mejillas del contrario y a la vez cerrando sus ojos.

—La cereza queda tan bien en ti —se alejó un poco, lamiéndose los labios.

—¿Po-Por qué hiciste eso? —tartamudeó, viendo como se llevaba su dulce a la boca.

—Porque quería besarte, ¿hice mal? —arqueó una de sus cejas, pasando su lengua por el redondo dulce, sintiendo el sabor a cereza, pero no como el que provenía de sus labios.

Lo haría más seguido...

—No... es que fuiste muy rápido —rió el menor.

Seo observó aquel sonrojo muy característico y también sonrió, pasando su pulgar por el área.

—¿A dónde ibas? —preguntó con interés.

—Por ti... quiero decir, a preguntarte sí querías algo de comer, como no has comido desde el almuerzo, debes estar con hambre.

—Ahora que te ví... —quitó nuevamente el dulce de su boca para dirigirla hacia el cuello del menor, donde mordió levemente, para luego quedarse allí, ingiriendo su aroma.

Oh, todo quedaba tan malditamente bien en él, ¿cómo diablos lo hacía?

—Se me antojaron brownies.

Los ojitos de Felix brillaron. Amaba prepararlos, en especial esa receta que le pertenecía a su abuelo. Le gustaba prepararlo para su Binnie.

—Está bien, enseguida lo haré...

—¿Que harás luego? —dejó un pequeño beso en su cuello para luego mirarlo a los ojos.

—Tengo que limpiar la habitación... —habló en un susurro, sintiendo sus mejillas arder por el repentino nerviosismo.

Odiaba tener que mirar a las personas a los ojos, lo ponía tan nervioso y no sabia el por qué. Quería apartar sus orbes de los de Changbin, pero simplemente no podía, le encantaba mirar los claros que podían llegar a ser con el rayo del sol justo encima de ellos, como ahora.

—¿Que habitación?, la mía está limpia y es la única que hay en... —miró hacia la otra puerta a su frente, comprendiendolo todo—. En este piso... —terminó de completar la oración.

━ 𝑀𝑖 𝐴𝑙𝑚𝑎 𝑅𝑜𝑡𝑎 ᯽ 𝐶𝒉𝑎𝑛𝑔𝐿𝑖𝑥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora