26 ❝ NO ME DEJES ❞

1.4K 164 39
                                    

No he dejado de mirar el anillo un buen rato, ante la desesperación de la espera.

Llevo una semana admirando el precioso artefacto que rodea mi dedo anular. Desde que Binnie me lo ha puesto, no me había despegado de él –a excepción de la ducha–.

También sentí la necesidad de ir a un psicólogo.

Aquí estoy... y nadie lo sabe. Es irónico y totalmente ridículo, no quiero que nadie lo sepa, al menos no aún. Le mentí a Binnie, diciendo que estaría estudiando con Jisung. Le mentí a Jisung, diciendo que no llame ya que estaría trabajando.

Sí, es ridículo... estoy estudiando psicología, para dentro de unos años recibir a chicos con el mismo o diferente jodido problema.

No debí mentir, no debí avergonzarme... fui totalmente patético. Odio decir mentiras... y ahí va otra ridiculez de mi parte.

He mentido siempre; del cómo estoy, cómo me encuentro... claro, a las pocas personas que me lo preguntan.

Soy un completo mentiroso y me miento al decirlo que no lo hago.

Me miento, constantemente...

Trato de decir que estoy bien cuando no es así. Cuando me decía a mí mismo que no necesitaba ayuda, me aislaba un poco más y no quería salir de ahí.

Quería mentirme en que no tenía nadie.

—¿Lee Félix? —levanto la mirada, encontrándome a la mujer que está delante mío, con una agenda entre sus manos. Asiento—. Ven, pasa al consultorio.

Al ingresar, la sala está totalmente calentita. Hay un sofá gris con almohadones que le hacen juego. Hay otro sofá individual, que supongo yo, es para la psicóloga. Ambos muebles están separados por una pequeña mesa ratona, la cual contiene una taza pequeña café y demás libretas.

La habitación es iluminada por el gran ventanal y por la luz del sol radiante. La chica indica y me acerco al sofá más grande para sentarme. Llevo las manos hacia mi regazo, las cuales entrelazo con un poco de timidez.

—Puedes llamarme Hyebin. No te recordaba con ese color de cabello, ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿me puedes recordar para qué fue? porque para una sesión, no tengo tu archivo.

—Uhm... fue por un proyecto de la universidad, usted amablemente me dejó entrevistarla.

—Ya veo, ¿y cómo te ha ido?

Mi corazón comienza a latir y mi respiración se vuelve más que entrecortada.

—¿En el proyecto o...?

—En ambos aspectos... —termina por mí.

Mis manos tiemblan y siento como hierve la sangre debajo de mis mejillas y como todo el ardor desciende por mi cuello.

—Bien... y muy mal.

—¿Quieres empezar por ahí, Félix? —asiento, con un poco de verguenza—. Exelente, hazlo por donde creas que es necesario —sonríe, transmitiendo toda clase de tranquilidad y confianza.

Alzo un poco la manga de la sudadera, viendo por primera vez –voluntariamente– las cicatrices en mi muñeca.

—Me mudé aquí a los siete años. Mi abuelo nos recibió en su casa, a mí y a mi madre.

—¿Cómo se llama?... tu madre, ¿cómo es su nombre?

Mi corazón se detiene y siento la necesidad de respirar bruscamente, pero mis pulmones están cerrados.

Desde que se fue, jamás pensé en ella. Así sería mejor.

—Y-Yo... no... no lo sé. No recuerdo si empezaba con Soo o Jae o Hyun... no lo sé. Cuando me abandonó... más bien cuando admití que no volvería, a los diez años, juré nunca mencionar su nombre, supongo que lo olvidé.

━ 𝑀𝑖 𝐴𝑙𝑚𝑎 𝑅𝑜𝑡𝑎 ᯽ 𝐶𝒉𝑎𝑛𝑔𝐿𝑖𝑥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora