━ 𝑀𝑖 𝐴𝑙𝑚𝑎 𝑅𝑜𝑡𝑎 ᯽ 𝐶𝒉𝑎𝑛𝑔𝐿𝑖𝑥

40 ❝ PANCITA ❞

El pequeño cuerpo de Félix tembló bajo las escasas mantas. Sentía que aquello que lo cubría no le alcanzaba y su frío aumentaba en demasía. Sabía que estaba entre sueños, por lo tanto no sabía reaccionar rápidamente, por ende, abrió sus húmedos ojos, bañados en alguna que otra lágrima que no había notado caer y se dió cuenta que Changbin no lo estaba abrazando, pero lo que sentía era un frío demasiado fuerte, como de esos que te congelan hasta la sangre. Se dió vuelta, además de sentir un dolor estruendoso de cabeza, elevó su temblorosa mano y sacudió a su novio, que se encontraba espaldas a él.

—Binnie... Binnie —llamó mientras movía su musculoso cuerpo desde su hombro. Sus ojitos pesaban por el sueño y no podía ver nada, pero al menos recordaba no haber tenido alguna pesadilla, o no por ahora—. Binnie, por favor, date la vuelta —siguió sacudiendo el que parecía un peso muerto. No sabía por qué, pero las ganas de llorar aumentaron presentándose con su voz quebradisa—. Bi-Binnie, date la vuelta.

El nombrado abrió sus ojos asustados. Se dió la vuelta rápidamente y, con la luz de la luna que entraba escasamente en la habitación, vió el rostro preocupado de Félix. Enseguida tomó su rostro y pasó sus pulgares por sus mejillas para limpiar las lágrimas que involuntariamente salieron.

—Estás caliente...

Félix ignoró aquellas palabras y se acurrucó como un koala a su cuerpo.

—Hace frío, mucho, ¿tú no lo sientes? —Changbin, un poco dormido y aturdido, levantó una de sus cejas y sintió como el cuerpo de su novio temblaba.

Lo cubrió con la manta hasta su cabeza y lo abrazó fuertemente, para luego comenzar a hacer algunas caricias en su brazo, brindándole un poco de calor.

—No pequeño, no hace frío, tú tienes fiebre —Félix calmó un poco los temblores, aunque estos aparecían con fuerza.

—Me duele la cabeza, ¿a ti también, Binnie?

—No...

—¿Por qué soy el único al que le pasa estas cosas? —Seo frunció su ceño—. Quiero decir, mi madre me abandona, mi novio casi me viola, entré en depresión, mi abuelo murió, tengo pesadillas como sí fuesen películas de terror y para terminar, mi madre vuelve ¿por qué todo lo malo me pasa solo a mi? No digo que le tenga que pasar esto a otras personas... solo... solo... quiero estar en paz, me lo merezco, ¿no crees, Binnie?

Varias lágrimas rodaron por el rostro de Changbin, quien se limitaba a respirar porque sabía que el llanto se aproximaba y no queria demostrarse débil ante su pequeño que, en estos momentos, necesitaba un soporte.

"Llorar no es de débiles...", recordó lo que una vez le dijo Félix, "...Es de valiente; expresar las emociones es de valientes, porque sí uno no puede demostrarlas, termina matándose, ahogándose en sus propios sentimientos. No importa cuales sean, es como un vaso con el agua a punto de ser derramada: sí uno no dice lo que siente, explota, es decir, el vaso se rebalsa".

—Te lo mereces, pequeño. Te lo mereces tanto que podría hacer lo que sea con tal de que seas feliz —dejó un beso en su cabeza.

—¿Te he dicho que estoy cansado? Estoy cansado. De pensar en como Mia puede destriur nuestra relación sí se lo propone, de tener un constante miedo que me está ahogando, de vivir con ansiedad y depresión, de tenerle miedo a la felicidad porque es desconocida para mí. De respirar. Estoy cansado de vivir.

—No digas esas cosas, ¿me has escuchado? —Seo tomó con cariño el rostro de Félix, el cual se encontraba bañado de lágrimas—. No digas esas cosas que luego estarás arrepentido, porque también me lastimas, ¿sí? No lo hagas —volvió a estrecharlo contra su pecho, pero esta vez subiéndolo aún más a su cuerpo.