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Una lluvia de besos en mi rostro me hizo despertarme, abrí los ojos con cansancio y el rostro de un sonriente Jean me saludo.

–Feliz quinto aniversario– Dijo besando mis labios, mientras sonreí– ¿Listo para irnos?

Asentí mientras lo empujaba un poco, necesitaba lavarme los dientes para empezar el día. Mientras lo hacía, de nuevo llegó detrás de mí y me abrazo, acariciando mis caderas. Me incline para enjuagar mi boca, mientras el pegaba cierta parte de su cuerpo contra mi

–Jean...– Dije con clara advertencia

–¿Qué?– Pregunto de forma inocente

–Alejate– Lo mire a través del espejo, levantando una ceja

–¿Te molesta?– Sonrió de lado, mientras de nuevo se empujaba

–¿En serio?, ¿Tan temprano?– Pregunté poniendo los ojos en blanco– Lo hicimos anoche

–¿Acaso hay un límite para hacerlo?– Respondió riendo– Podría hacer esto todo el día

–No lo creo, el capitán América tendría más resistencia– Dije alejándome de el– El SI podría hacérmelo todo el día

–Ah... Eso dolió...– Fingió tocar su pecho con dolor, mientras empezaba a vestirme

–Es hora de irnos, prometiste un paseo en el zoológico y quiero ver el show de ballenas– Baje mi pantalón de pijama, mientras él se acercaba

–Que sea uno rápido– Pidió bajando mi ropa interior

–Jean, se hará tarde– Pedí, aunque no iba a resistirme demasiado. No cuando la mano de Jean empezaba a tocar entre mis piernas

–Por favor...– Beso mi nuca, y su lengua se arrastró sobre mi oreja y parte de mi cuello

–Rapido– Dije en voz baja, mientras su dedo se abría paso entre mis nalgas

–Prometo que lo será– Rió, mientras me inclinaba sobre el mueble frente a nosotros

Mis manos se sujetaron a la orilla, bajo mi ropa interior y su pene se arrastró sobre mi entrada, entrando solo un poco. Me queje y mordí mis labios, mientras esperaba a que dejara de jugar.

–Te dije que rápido– Lo apresure, dando palmadas en sus piernas

–Ya voy, ya voy– Alcanzo el bote de lubricante frente a nosotros, y dejó caer un poco sobre mi entrada

El frío líquido se deslizó dentro de mi, seguido de su largo y grueso pene, haciendo que soltara un largo gemido.

Sujeto mis caderas con fuerza mientras seguía embistiendo, una de sus manos se deslizó lentamente sobre mi pene, y comenzo a acariciarlo desde la base hasta la punta, presionando suavemente y pellizcando. Tire mi rostro hacia atrás y sujete su cuello, saboreando sus labios

–Levanta la pierna– Pidió levantando una de ellas, la posición era algo extraña, pero lograba golpear justo donde quería

Lo seguí besando mientras tensaba mis piernas, nunca dejo de moverse contra mi, o de masturbar mi pene, las sensaciones eran demasiado estimulantes, el sudor cubría mi cuerpo y me vine rápidamente, apretando mi entrada y succionando su miembro. Sentí el temblor dentro de mi y la sensación de cuando por fin se vino, llenando mi vientre de calor

–Te dije que sería rápido– Susurro en mi oído, mordiendo el lóbulo

No respondí, suspire con cansancio mientras me dejó en el suelo, tallando mis piernas con cariño

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