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Me removí en la cama, buscando el cuerpo de Jean. Al no encontrarlo abrí los ojos, no estaba en nuestra cama, lo qué era extraño. Me levanté con cuidado y entre el baño, pero tampoco estaba ahí.

Me preocupe de inmediato al no verlo, así que baje las escaleras con prisa hasta la sala, donde tampoco estaba. Regrese a la habitación en busca de mi teléfono, cuando escuché la puerta abrirse.

Jean entro con una bolsa en la mano, sonriendo hacia mi

–Hola cariño– Me saludo con un beso

–¿Dónde estabas?– Pregunté extrañado

–Fui a comprar unas cosas, ¿Por qué sigues desnudo?– Pregunto riendo– Necesitas darte una ducha, anoche no pudiste hacerlo

–Me acabo de despertar, me preocupe al no verte– Respondí caminando hacia el baño– ¿Qué compraste?

Abrí el agua de la ducha sin cerrar la puerta del baño, a veces lo hacía cuando estábamos hablando.

–Nataly me pidió unas cosas, dijo que las quería para algo importante así que fui a comprarlo

–¿Hablaste con ella?– Pregunté mientras comenzaba a lavar mi cabello

–Si, temprano llamo para preguntar por ti, le dije que dormías

–Debiste despertarme, quería hablar con ella– Me queje mientras enjuagaba mi cabello– ¿Ya hablaste con su madre?

–No, no he podido hacerlo– Respondió entrando al baño– No quiere responder mis llamadas y mucho menos los mensajes

–Tal vez debamos pedirle a Erwin que vaya a verla– Dije casual, cuando recordé lo que había sucedido– Olvídalo, no vuelvas a hablar con el

En ese momento abrió la cortina, entrando conmigo a la ducha

–Ya pedí perdón por eso– Dijo en voz baja, abrazándome– No creo que este molesto

–Debo hablar con el, al menos disculparme– Dije comenzando a lavar el cabello de Jean– ¿Por qué no lavaste tu cabello?, Esta reseco

–Y tiene semen– Dijo burlándose de mí

–Eres un niño, deja que termine de lavarlo

–Te amo– Dijo entonces, deteniendome

–Yo también te amo

–Perdoname por todas las veces que te he lastimado, por todas las veces que me he equivocado y cuando soy un imbécil– Siguió diciendo, mientras dejaba de moverme– Perdoname por cada pequeña cosa, sin importar que tan malo fue.

–Jean, ¿Qué pasa?

–Gracias por todo el amor que me das, gracias por amarme tal y como soy, a pesar de todo. Gracias por seguir a mi lado– El estaba llorando, pero no me atrevía a tocarlo, quería que terminara de hablar– Gracias por formar una familia conmigo, por elegirme. Gracias por amar a Nataly

–Yo...

–No digas nada, solo quería decírtelo– Respondió besándome– Ahora demonos prisa, tenemos que ir por la niña

–¿Cómo puedes decirme todo eso tan temprano?– Reclamé mientras lloraba– Mis ojos se verán horribles ahora

–Siempre te ves lindo, no te preocupes– Volvió a besarme, está vez más profundo– Hagámoslo una vez

–¡Por fin!– Dije riendo, abrazándolo

Sus manos separaran mis nalgas, comenzando a jugar con mi entrada. Seguía dilatada, había sido estimulada de muchas formas el día anterior, solo basto unos cuantos empujes para que recibiera los dedos de Jean con gusto.

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