Décimo tercer capítulo.
Contradicciones.Mackenzie.
Seguro te parecerá raro, pero estoy casi segura de qué estas pensando en este momento.
Mackie, ¿tú no eras la chica tranquila que se mantenía al margen?
Mackie, ¿siempre tuviste ese lado tan feroz?
Mackie, ¿estás bien? ¿necesitas una endulzotarina?
Primero, les quiero aclarar que la tierna en esta narración siempre fue Roseline, así que cambien sus miradas acusadoras. ¿Por qué dije lo que dije? No tengo ni idea. Seguramente muchos de ustedes también han pasado por una situación que no saben por qué dicen algo, o las palabras salen solas de sus labios.
Es normal, somos humanos y tenemos que exteriorizar nuestros sentimientos, pero entonces ¿por qué me sigo sintiendo mal por lo que dije? ¿por qué una batalla moral se desenvuelve en mi cabecita?
—No estuvo mal, ese simio se lo merecía por entrometido —me dice Rosie por cómo quinta vez en el día, cuando se da cuenta que he vuelto a encerrarme en mí misma.
—De que se lo merecía, claro esta.
—Obvioo linda —responde mientras agarra una papa frita de la bandeja en la mesa del comedor, ya que estamos en hora de almuerzo—. Si Ethan y tú querían hablar a cinco centímetros de distancia o hasta tres, él se lo debía meter por donde no le pega el sol y listo. Se merecía su tate quieto.
—Estás hablando como Khristopher —carcajeo, y ella por primera vez en un largo rato, me devuelve la mirada. Y eso que ella es de las que te incomoda mientras hablas porque no deja de ver tus ojos—. ¿Qué me ocultas Rosa Petunia?
Ella para de masticar abruptamente, y se endereza en su asiento con ambas palmas pegadas a la mesa mientras hace contacto visual conmigo.
—Es que tal vez... —levanto una ceja (o espero que lo haya logrado) presionándola a hablar, así que carraspea para agregar—.... sólo tal vez, te hayas excedido un poco al actuar tan a la defensiva con él cuando claramente sólo estaba celoso.
Me quedo procesando un tiempo su frase, mientras ella relaja su postura rehuyendo a mi mirada y volviendo a su labor de comer papitas.
Sólo pude reírme por un laaaargo rato.
—Mackenzie, aunque te niegues a creerlo, de verdad tengo el presentimiento de que...
Justo llega Ethan con Martín y caen con un estruendo en la mesa como es normal en ellos, así que inmediatamente la irritación que iba dirigida a Rosie se desvía hasta llegar al sujeto responsable de la guerra desatada: reciban con aplausos a Ethan el Quita pestañas.
—¡TÚÚÚÚ! —lo señalo con mi dedo índice y él sólo me regala una sonrisa inocente—. ¿Tienes idea de lo que provocó que me quitaras una pestaña y después te interesaras por el lindo color de mis ojos y cabello?
—¿No? —responde aún con la sonrisa inocente, y dios mío ¿por qué a veces entran ganas de acabar con toda la población masculina?
Menos Enhypen y Monsta X porque no podría vivir sin ver sus caras.
—Pues fue bastante fuerte y debes hacerte responsable —iba a pegarle con unos de mis cuadernos más duros hasta la muerte, pero Martín sujeta amablemente mis muñecas.
—Esmeralda, cariño; entiendo que te moleste que nuestro querido E.T. sea tan ciego y sordo para no darse de cuenta de el por qué de mi apodo hacia tí, pero la agresividad nunca es la respuesta dulzura, así que bajemos este libro —lo va bajando lentamente mientras continúa su discurso—, y respiremos profundamente. Ahora ¿de qué me perdí?
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Memorias de un ayer y de un por venir
Teen FictionLa historia se centra en la vida de dos jóvenes adolescentes que pasan de ser vecinos extraños a tal vez algo más que amigos (nadie esta muy seguro, ni ellos) gracias a un suceso algo catastrófico. Una chica pelirroja que al principio muestra una fa...