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Tercer Capítulo.
Kristopherita.

Nathaniel.

Entre a mi casa con una sonrisa gracias a la Rojita. Era linda a pesar de todo, una despistada linda.

Espera no, no lo es. Esta generación es en su mayoría un desperdicio de oxígeno pero, ella escucha música de mi gusto, y se viste bien, razonable. Tiene un buen léxico y raramente me cae bien...

NO.

Como siempre mi casa estaba desolada. Mi padre, murió cuando mi hermana menor tenía dos años en un accidente. Mi mamá, no es una persona de estatus grande. Se esfuerza para alimentar a mi hermana mayor, mi hermana pequeña y a mí, trabajando horas extras. Gracias a eso tenemos un ingreso más que estable y mi hermana mayor tiene un trabajo de medio tiempo. Yo buscaré trabajo este año, ya estoy en preparatoria y mi mamá ya no tendrá una excusa. Y hablando de familia, mi hermanita ya debe estar en su cuarto.

Subo las escaleras y entró a su habitación, sonaba la típica música pop de pubertas; o sea, Ariana Grande, Justin Beaber, Halsey, Selena, chinos y otros. 

—¿Cómo esta mi puberta preferida? —digo como si le estuviera hablando a una niña pequeña.

Me tira un cojín y habla: —Aquí el puberto eres tú, yo soy pre.a.do.les.cen.te, tengo trece.

—Niñita, yo ya cumplí diecisiete.

—Hace un mes —se burla sacando su lengua— pu.ber.to.

Ruedo los ojos y suelto una leve risa.

—Bueno hermanacho, ¿qué me cuentas de tu aburrida vida? —pregunta irónicamente la chica.

—Pues nada —contesto no tan convencido, alargando la a.

—Claro, y el príncipe Caspián es mi esposo —contesta con su característico sarcasmo.

—No, bueno no. O tal vez si... Pero lo dudo, definitivo no. Esta bien, sí — dije todo eso apresuradamente y atropellando mis palabras, mientras la puberta me observaba divertida.

Ya Mackenzie me pego su cosa de decir monosílabos incoherentes.

—¿Entonces una chica? —pregunta de forma retórica con una sonrisa pícara.

—Tu hermano no es un fácil. Claro que no.

—¿Vive por aquí? ¿¡Estudia en tu instituto!?

—Bien. Uno, no te voy a responder. Y dos; no, no es una chica.

—Ou ya entiendo —dice un poco seria asintiendo con la cabeza— entonces es un chico. Créeme, era de esperarse. Sólo quiero que sepas que tienes mi apo...

—Enana, No Es Un Hombre —la interrumpo resaltando el hecho.

—Ah claro. ¿Entonces que? ¿Te volviste esquizofrénico y tienes una novia imaginaria con la cual eres muy feliz? —entralé con el sarcasmo. ¿De dónde esa criaturita saca tanto mal?

—Algo así, la verdad —sonrió de lado involuntariamente.

—Explícate —vuelve a sumergirse su computador como si ya no le importará mucho el tema.

—Que soy un embole pirado empedernido.

—No te entendí...

—Ok —respondo seco estrellando la puerta de la habitación de mi hermana.
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6:00am, la hora más odiada de mis sueños. ¿Cómo se que hora es? Fácil, mi despertador acaba de sonar.

Viernes a las 6am, último día de la semana y día en que mi flojera parece multiplicarse. Bueno, es hora de seguir con mi rutina diaria de adolescente frustrado que sabe muy bien que la sociedad de hoy en día es un desperdicio de oxígeno.

Memorias de un ayer y de un por venirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora