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Primer Capítulo.
Asociales.

Mackenzie.

"Y aún estando lejos, nos sentiremos como si estuviésemos al lado del otro, riendo en sintonía".

He pasado toda mi vida viviendo en ciudad, rodeada de gente y con una independencia bastante desarrollada para mi edad, siendo hasta cierto punto, una marginada. Un día después de cumplir los dieciséis mis padres me dieron la noticia de que nos mudaríamos a Cargary. Tuve mi primer cambio, mi primer giro en la historia.

En el auto de mi padre, mirando la ventana, los árboles y los pinos que pasamos en una carretera desolada, camino a nuestro nuevo hogar, tenía un presentimiento extraño, algo que me decía que no estaría sola. No tengo hermanos, nada más mi papá Kendrick y mi mamá Madie. Ellos son empresarios, así que no es raro que sea hija única.

—Espero que te agrade este nuevo cambio hija —dice alegremente mi madre.

—No hay nada más divertido que ser los nomadas de éste siglo por asuntos empresariales —digo indiferente todavía mirando el camino.

—Bueno...

—Tranquila —sonrió mirando los pinos.

Llegamos a una casa hecha de madera con 2 pisos y ático. En el primero estaba la sala, comedor, cocina y baño principal; y en el segundo, la habitación principal la cual es de mis padres, una normal con closet y un baño, la de invitados y un baño individual. Al terminar la residencia, se encontraba un bosque de pinos y después un gran lago. Era realmente asombroso, me estaba empezando a agradar ese lugar.

—Ya los de la mudanza trajeron el inmobiliario, sólo tienes que organizar tus cosas —me informa relajadamente mi madre.

—Vale.

La casa también tenía un garaje y una terraza donde se veía el lago rodeado de pinos.

—¿Y qué tal? ¿Te gusta? —pregunta mi padre.

—Bastante.
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Estaba desayunando cuando la alarma que daba comienzo a mi nuevo año escolar sonó.

Agarre mi bolso, mi teléfono, mis audífonos y me introduje en el carro de mi padre para partir.

—Hoy te llevo para que sepas dónde es, después si quieres, te vienes sola —dijo, asentí en respuesta.

Mi papá estaba acomodando algunas cosas en la guantera, y prendió el motor todavía ensimismado en su tarea, tanto que cuando arrancó casi atropellamos a un chico.

El día promete.

—¡HEY! —gritó Kendrick reprendiendo al chico, que sólo se levantó e hizo una señal indicando de que estaba bien para seguir su camino— Vale cariño, anota en la lista de cosas prohibidas "arrancar revisando la guantera".

Solté una risa cortando el momento tenso, y mi padre se puso en marcha.

El camino era callado, viendo los pinos y la calle al rededor, la canción For Reasons Unknown de The killers estaba sonando cuando mi padre rompió el silencio.

—Es un cambio Mackie —me ve un segundo a través del retrovisor—, nos dieron varias opciones pero tú mamá y yo elegimos ésta, un lugar tranquilo para nuestras vidas. Sin el ruido ni el estrés de las personas, un lugar placentero para una adolescente reservada.

—Y claro, donde las mañanas comiencen casi atropellando a alguien —bromee para calmar la seriedad que provocó las palabras que dijo.

—Es en serio Mackenzie, esperó que te vaya bien.

Memorias de un ayer y de un por venirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora