Revelaciónes

64 36 0
                                    

Recapacité, no me había dado cuenta que mi respiración había llegado a límite, subí hacia la superficie con desesperación. Me sorprendí al ver que seguía siendo de noche.
Necesitaba encontrar a Kane.

Lo divisé unos metros más allá rodeado de espíritus.

Me sumergí y nade hacia él. Los espíritus no me hacían nada era como si no me viesen, los espante y tomé a Kane, lo lleve hasta la superficie. Apenas respiraba.
Nade hasta la orilla y lo tendí.

–Kane, Kane, oye oye, vamos.

Precioné su pecho múltiples veces para ayudar a su corazón a latir más rápido.

No despertaba.

Volví a hacer lo mismo y nada.

–Kane. Vamos, vamos, no vinimos hasta acá para que una estúpida legión nos plante un golpe en la cara.

No quería hacerlo, pero Kane fue el que me sacó del agua y el que curó mi hombro. Técnicamente, me salvo la vida.
Le devolveré el favor.

Junte mis labios a los suyos, deje que el aire de mi cuerpo pasara a el suyo con la esperanza de que le ayudara a despertar.

No pasó nada.

Lo intente de nuevo.

Cuando iba en medio camino, para intentarlo de nuevo, empezó a tocer. Se paró de golpe y escupió toda el agua que había tragado. Me separé.
Y me miró estupefacto.

–¿cómo es que estamos vivos?

Reí, nunca había estado tan aliviada de tener a alguien de vuelta.

–no preguntes –dije dándole unas palmada en la espalda.

–lo tendré en cuenta.

Saque el diario y se lo pasé.

–espero haya válido la pena.

Tomó el mojado diario en sus manos llenas de cortes, pude ver que se le querían escapar las lágrimas.

–gracias...

–gracias a ti. Ya sabes... por sacarme del mar –dije moviéndome incomoda –no me respondas si no quieres, pero, ¿de quien era ese diario? –pregunté.

Miró a él viejo y gastado diario meditando si responderme o no.
Al Final miró al rocoso suelo y dijo.

–era de mi madre. Osea de mi antigua madre. La original... Osea– suspiró– Es difícil de explicar.

–te entiendo. Te separaron de tu madre y luego los jefes de los de sin legión te adoptaron ¿verdad?

–si, eso mismo. ¿Como lo sabes?

–por qué me pasó lo mismo a mi.

Me miró expectante, como a un niño que le van a contar una historia.
Suspiré.

–Okey, digamos que mi madre era un tanto complicada, se metió en problemas con las legiones y... Bueno paso lo que paso, mi padre y hermana mayor fallecieron y quedé  huérfana junto a mi otra hermana, así que alguien de la legión de tierra nos adoptó. Esa es mi historia.

Me miró con comprensión, como si entendiera mi historia a la perfección.

–¿entonces de que legión eres?

Entre en pánico.

–yo... De ningúna... Al menos ahora.

Me sonrió, como si supiera justo lo que estaba pensando.

–legión de fuego– dijo.

¿Que? Como lo sabía, lo más raro es que no ha salido corriendo, no me mira como si fuera la enemiga. Me mira como una igual...

La Quinta Gema Del Infierno I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora