Los Lobos Hablan

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Planearon el ataque.

–el Füry fue enviado por el ejército. El ejército que creó Mildred –dijo kane.

Hizo una pausa antes de complementar.

–además –bajó la voz –puede que la explosión lo haya llamado, ya sabes que explosión.

Baje la cabeza.

Pues claro que sabía que explosión. La que yo cree.

Aun tenía muchas dudas al respecto. Pensar que hace tan solo unas horas fui atacada por el mismísimo Mildred, rey del infierno.

Pero, algo que no entendía ¿porque simplemente no me quito el collar? Si es que tiene tanto poder como aparenta, entonces ¿porque no lo hizo? Es la manera más fácil, pero no. Me lo pidió, como si se lo fuera a dar.

El collar siempre descansaba en mi cuello, estaba tan acostumbrada a su tacto, que aveces olvidaba que era un collar y no una parte de mi cuerpo.

Todas mis preguntas no tienen respuesta. Pero, hay algunas que si puedo contestar: con la persona que tengo en frente.

–¿Kane?

Dirigió su mirada hacia mí.

–¿si? –dijo.

No sabía cómo decirlo sin sonar interrogativa. Pero mientras más lo pensaba más quería guardarme la creciente pregunta.

–no respondas si no quieres –expresé antes de arrepentirme –porque Mildred te llamo Noah.

Bajó la mirada con brusquedad en el instante en que dije Noah.

Se puso en una posición evasiva.

Miró a todos lados como si eso fuese a hacer el lugar menos real.

Despejó unos mechones de su frente con lentitud antes de responder.

–Sabes por qué –dijo en un susurro.

–La verdad tengo una idea –dije sacudiendo unas hojas que habían caído en mi regazo.

Hice una pausa.

Lo busque con la mirada esperando encontrarme con sus grices ojos. Pero él solo me evadia.

–¿Puedo adivinar? –pregunté.

–no.

No me esperaba eso.

–Lo tomaré como un "si" –le dije.

Antes de proseguir tome aire.

–Yo también he soñado con tu pasado.

Se quedó quieto como si de repente hubiese querido ser estatua. Pero su expresión no reflejaba nada. Como si ya se lo esperase.

–¿con qué? –dijo mirando hacia ningún punto en concreto.

Elegí con cuidado mis próximas palabras.

–el sueño partía en un bosque –empecé –y aparecía una mujer corriendo... No se bien de que, pero algo la estaba persiguiendo. Se encontró con un hombre, eran una pareja. Después, aparecieron un niño y una niña... Se llamaban Nayla y... y Noah.

Lo deje prosesar la información.

Era como si estuviera abriéndole una herida que ha estado intentando enterrar, mantenía sus puños apretados y su respiración era cada vez más fuerte.

–eras tú ¿verdad? –dije con cautela.

Asintió.

–Sí, luego de eso nunca volví a ver a mis padres: Ayala y Henry Kane –dijo en casi un susurro –Como sabrás escapé con mi hermana, sobrevivimos juntos, íbamos de legión en legión fingiendo algo que no éramos. Hasta que un día desapareció. La aldea me encontró varado en su búsqueda, pero hasta el día de hoy, no he sido capaz de encontrarla.

La Quinta Gema Del Infierno I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora