Vaya Sorpresa

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Kane.

Ese fue el único pensamiento que se me vino a la cabeza.

Chris seguía con todo su peso sobre mi y su maniobra. Arrugó la nariz, tenía una cara de perplejidad, pero él muy lento no me soltó y para variar no reaccionaba.

Nunca he sido muy paciente.

Lo patee y me paré de un salto.

Kane.

Lo había escuchado, fue su grito, estoy segura. Tenía la piel de gallina, intentaba descifrar de donde provino su voz.

Cerré mis ojos, con el entreseño fruncido intenté memorizar de donde había venido su tortuoso grito.

Del bosque.

Corrí en dirección hacia el bosque. Para mi suerte correr era una de mis mejores cualidades, por lo que adelanté a la mayoría de los legionarios.
A la mayoría los empujaba. Me encontré con un tronco caído y lo salte, rodé en el impacto y con el impulso, seguí corriendo.

Ya había pasado a la mayoría. Y cuando estaba en la entrada del bosque, vi que en esta había un círculo de guerreros de mi legión con lanzas amenazando a (lo más probable) Kane.

Sentí una punzada en el pecho al pensar en que lo habían apuñalado.

Eso subió mi frustración aún más y Corrí lo más que pude hacia ellos.

Me metí entremedio de la multitud, lo cual le proporcionó un tajo a mi brazo derecho.
No me importó.

En el centro de todas estas lanzas y personas, yacía Kane con una cara de "los voy a matar". Pero su intento de intimidación no le funcionó tan bien, pues estaba tirado en el suelo con su mano apretando su abdomen como si su vida dependiera de ello. Pude ver que también tenía una herida de lanza en su pierna, la cual estaba tendida sin moverse.

Hervi de furia.

La herida de su pierna se la regalo mi legión.

Se veía casi derrotado.

Tenía su blanco rostro lleno de pequeños cortes y tenía un pequeño hilo de sangre pasando por la comisura de su ceja. Sus grices ojos se veían apagados, pero aún conservaban ese brillo inquieto y siempre alerta. Sus azabaches mechones se encontraban en su frente, lo cual me hizo difícil ver su expresión.

Sentía las lanzas de todos, y estaba segura de que en cualquier momento, una se clavaria en Kane.

Sin tiempo de pensar, me lancé hacia él. Dejando que mi cuerpo protegiera al suyo desafiando a todos los presentes.

-¡por todas las gemas! ¡Bajen las lanzas! -les grité.

Algunos las bajaron, pero otros las dejaron en alto, decidiendo si matarme o no.

Muchos hicieron caso omiso y se asercaban aún más, cada vez más amenazadora.

-¿¡quién eres?! -preguntó un legionario y el muy terco de Kane no respondio.

Agh, que ganas de pegarle.

No tenía ningún plan en mente, no sabía cómo escapar de esta.

¿Quién era? Vamos Sarahi, piensa, piensa, piensa.

Dije el primer nombre que se me vino a la mente.

-su nombre es Henry- dije desafiante y con toda la seguridad posible- Legión de aire.

Kane me miró perplejo, demasiado a decir verdad, como si le hubiera tirado un balde de agua Fría en la cabeza.

Pude ver como tras sus ojos, pensaba de prisa, Kane era el de los planes, eso era seguro.

La Quinta Gema Del Infierno I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora