Buena Charla

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–¿qué es lo último que recuerdas? –preguntó Yolanda inclinada hacia adelante.

Estabamos sentados en la rocosa arena que daba hacia la playa, era el único lugar en que podíamos estar solos.

Se sentía la fría brisa marina en nuestra piel y el sonido de las olas retumbar en la orilla.

Gavin estaba jugando con la arena pero más serio de lo normal.

Suspiré y cerré los ojos.

–no mucho –respondí al abrirlos de nuevo –sólo que nos caímos al mar y que yo perdí la conciencia.

Yolanda se veía frustrada.

–eso es lo obvio Sarahi –apretó los labios –sé que sabes algo sobre la guerra... O batalla. Afra te dijo algo, te dio respuesta ¿cuáles fueron?

Tristemente Afra no pudo darme ninguna respuesta, sólo me dio más preguntas.

Yolanda me miraba expectante.

–Yol enserio que no me dijo nada que tu no sepas –dije en tono comprensivo.

–Sar –colocó sus manos en mis hombros de manera implorante de de la misma manera que Afra había hecho –se que sabes algo, no me digas todo ¿okey? Pero dime a que nos enfrentamos.

Gavin se interesó, él también esperaba respuestas.
Respuestas que yo no podía darle.

Shula me dijo  que no confiara en nadie ni en las legiones, pero se me está haciendo muy difícil seguir con la promesa. Ellos eran mi familia, ya que no tenía otra.
Yolanda sabe cuando miento y Gavin sabe cuando no les estoy diciendo algo.

Me recosté en la arena.

No estaba pensándo con claridad.

Pero, trágicamente siempre he sido una persona muy imprudentemente impulsiva.

Me senté nuevamente.

–estan buscando la Quinta Gema –dije a secas.

Ambos quedaron petrificados.

–¿que? ¿Quiénes? –preguntó Gavin.

Me miraron con los ojos como platos esperando más respuestas.

Hubo un silencio.

–No puedo decirles quienes– dije decidida– pero quienes la quieren van a empezar guerras por poder y... Si la Consiguen podrán llevar el poder de la Gema. Y por lo tanto controlar las almas de los legionarios.

Gavin se enderezó de golpe.

–pero eso es imposible– dijo casi sin aliento.

Reí sin gracia, ya que yo misma había dicho lo mismo hace unos días atrás.

–tenemos que encontrar la Gema antes que ellos.

Yolanda parecía una general, o al menos eso pareció al expresar esas palabras.

–lo sé, y...

Nos interrumpió la campanada que anunciaba la cena.

Estaba hambrienta.

–bueno chicos, una muy buena charla –dije poniéndome de pie mientras me sacudía los restos de arena en mi ropa –ah y, ni una sola palabra a nadie. Ni siquiera a Afra ¿esta claro?

Asintieron.

Nos dirigimos hacia el aforo, en donde se nos daba la cena.

Al atravesar y caminar hasta el aforo, todos se quedaban mirándonos, al igual que cuando llegué.

La Quinta Gema Del Infierno I Donde viven las historias. Descúbrelo ahora