CAPÍTULO III

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Parte 3

Las Vegas, 1987

     - ¿En dónde están mis chicles? 
     - ¿Estás bien Saúl?
     - No lo sé, Andrea despertó extraña hoy - suspiró - se escuchaba como triste, decaída, no sabría decir exactamente cómo.
     - Tranquilo, a lo mejor y solo es el cansancio por la gira, tal vez no sea nada y te estás preocupando demás.
     - Es mi novia Sabo, obviamente me voy a preocupar por ella.
     - Oigan, en serio, no soy de los que se quejan de todo el mundo y hablan a espaldas de sus amigos, pero… - comentó Diego - Daniel está siendo bien pinche grosero.
     - ¿Por qué lo dices?
     - ¿No se han dado cuenta? - roló los ojos - está cada vez más "fresa", como que ya nada le parece, compra solo cosas muy caras, siempre se acercaba a toda la gente sin importarle si eran famosos o no y ahora no se acerca a ninguna que no tenga lana derrochando - suspiró.
     - Primero Axel, ahora Daniel, ¿quién sigue?, ¿Oliver? - los tres negaron - ¿Andrea?
     - No creo, ellos dos son los únicos que se mantienen a raya - intervino Saúl en su suposición - Andy realmente es muy controlada y Oliver, a pesar de que es muy serio, es buena persona y siempre tiene sus límites.
     - Esto se está saliendo de control - dijo Diego - no lo dije ayer, pero cuando llegamos me asomé un poco a ver a Axel porque lo necesitábamos para bajar las maletas de la camioneta, se estaba metiendo dos rayas blancas en la nariz por cada fosa nasal.
     - ¿Qué?
     - Tiene droga escondida, o eso creo porque según Daniel le habían dicho a la otra banda en donde está el que quiere con Andrea, ese de cabello negro y ojos verdes, el que está bien "piernudo", bueno ese - Saúl apretó los labios - bueno, el punto es que ellos lo drogaron la primera vez y las segunda vez lo drogaron sin consentimiento de Axel, así que supongo que ellos ya no le dan la droga, ¿así que de dónde la sacó?
     - Al menos que se la den la otra banda - dijo Alfonso - los he visto fumar marihuana y estoy seguro que también se meten o inyectan cosas.
     - ¿Y si se separan después de esto? - preguntó Sabo - tal vez el país no tenga nada que ver y sean solo ellos mismos, aunque con el público se entendería de la otra manera y México se pondría al brinco con Estados Unidos por destruir a sus íconos de la música y la humildad, porque son muy sencillos, son muy buena gente, pero algo los está cambiando y eso es demasiado triste.
     - Solamente espero que eso no pase con Andrea, es una chica muy tierna, divertida y demasiado alegre, siempre está con esa sonrisa - sonrió de lado, recordando a su novia - a veces cambia radicalmente, pero no de una forma horrible como ellos. 
     - Oye, ¿y nunca le has preguntado por qué siempre utiliza los guantes a todas horas? - preguntó Diego - perdón, hoy estoy muy curioso.
     - No, creo que no lo he hecho…

     -  Maldita perra, en serio, como la odio.
     - Cálmate Oliver, no vamos a salir con ella.
     - De mí lo creo, pero de ti no.
     - Oye, recordemos que no solo a ti te jugó una mala pasada… ¿es por eso que estabas así en Los Ángeles?
     - No sé de qué hablas.
     - ¡Es por eso que has estado así en toda esta gira! - abrió muy grande los ojos, sonriendo - ahora sé porqué estás así y es una "pendejada", ya supera eso.
     - A ti no te traumaron con el acoso escolar en la escuela - estacionó la camioneta afuera de la casa - tú no viviste eso.
     - Hermano, pero eso ya pasó.
     - Este país solo trae malos recuerdos en mi cabeza, primero Hale me dijo múltiples veces que no iba a sobresalir si seguía en mi mundo, luego Sophia me humilló en la escuela por lo que me empezaron a tomar como su puto payaso de feria, luego MTV nos expulsa de su programa, luego el propio David Geffen nos corre porque somos mexicanos - sacó las llaves, metiéndolas en sus bolsillos - ahora tengo a un niño que se cree rico en la parte de atrás y a un drogadicto a mi lado.
     - ¡Hey! - se quejaron ambos hombres.
     - Así que sí, Estados Unidos me tiene traumado porque nunca sale nada bien aquí, al menos no para mí y ahora no es tan solo para mí, está siendo para todos - decía sin acordarse de que Gwen estaba con ellos - Inefable se está derrumbando poco a poco, pronto ya no quedará nada de lo que éramos antes, porque al parecer yo soy el único de los cuatro que se da cuenta de la realidad - los dos agacharon la mirada - hemos cambiado bastante, solo que no ha sido para bien. Tenemos que admitir que estamos peor cada día que avanza, y eso me decepciona demasiado - bajó de la camioneta, cerrando con seguro.
     Los demás también bajaron en silencio, pensando en las palabras del bajista, pero quien más se ponía a pensar sobre eso era Gwen. Le desconcertaba eso, puesto a que siempre se les veía muy unidos, como si todos fueron hermanos. Realmente le sorprendía que su banda favorita tuviera problemas de ese tipo, unos chicos que presumían de ser humildes, simpáticos, muy sencillos, amables, y lo eran, pero algo les estaba ocurriendo.
     Entraron a la casa, ajenos a lo que ocurría dentro de la casa. Los cuatro se quedaron sorprendidos nada más entrar al ver lo que ocurría adentro.
     - ¡¿Qué carajo?!

CRISIS DE UNA SONRISA | Fanfic Izzy Stradlin/Mundo RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora