CAPÍTULO V

58 2 2
                                    

Parte 2

     Estaba en silencio, mirando hacia sus pies con esa mirada tan vacía que la caracterizó siempre en tétrico silencio. No se movía, incluso parecía no dar señales de vida. Completamente estática se encontraba en ese lugar desconocido que empezó a tomar forma al paso de los segundos. 
     - ¡Eres una estúpida!
     Cerró los ojos. Su labio inferior comenzó a temblar.
     - ¡¡Pero eres una idiota, una tonta de las peores!!
     - Me sorprende que saques estás calificaciones, ¿quién te ayudó?
     - No tienes amigos.
     - Mira a Oliver, siempre ha sido un niño ejemplar en notas, incluso más altas que las de Andrea.
     - Axel ya está iniciando su carrera como músico, es un talento monumental - suspiró. - Ojalá Andrea fuera así.
     Se abrazó a sí misma, comenzando a caminar con los ojos cerrados fuertemente.
     - ¡Haces todo mal, Andrea!
     - No tiene remedio tu hija, ¡es una lunática!
     - ¡Es tu culpa, yo quería un niño!
     Se sobresaltó al escuchar el estruendo de una puerta cerrarse con violencia.
     - Ya le dijimos que no sabemos lo que tiene, quizás ni tenga solución.
     - Le sugiero que vaya con otro psiquiatra o un tanatólogo, esta niña está fuera de mi alcance.
     - ¿Qué quiere que haga?, su hija no cambia y no encuentra una salida, lo siento, no puedo ayudarla.
     Derramó lágrimas, recordando lo que escuchaba detrás de las paredes.
     - Ya no tenemos cómo pagar.
     - No debería de hacerlo, de hecho, es peligroso, pero... Les recomiendo estas pastillas antidepresivas, le ayudarán por un tiempo.
     Se detuvo por un momento, jadeando ante eso.
     - Mira cariño, tus papis te van a comprar estas pastillas para que puedas sentirte bien. Esto te ayudará, te lo aseguro por completo, pero habrá síntomas al principio y después volverás a sentirte una niña normal como antes, como me dijiste que querías volver a ser.
     - ¿Dolerá?
     - No, cariño. Al menos no después de las primeras semanas, pero tienes que ser fuerte, lo vencerás, Andrea.
     Continuó su camino, escuchando gritos de fondo que eran suyos. Golpes en paredes, llantos ahogados y pataleos.
     - ¡¡Déjame morir, déjame morir!!
     - ¡¡¡Dame esa navaja Andrea!!!
     - ¡No, aléjate o me cortaré el cuello!
     Corrió con todas sus fuerzas, alejándose rápidamente de ahí. Se detuvo cuando escuchó algo muy familiar, por lo que se detuvo y decidió mirar por vez primera desde que apareció en ese lugar.
     Ahí estaba él, tocando la batería en ese callejón junto a su banda de jazz. Se veía tan alegre, hasta que pareció mirarla a ella y le sonrió.
     - Señor, yo no soy profesor y solo tengo quince años.
     - Te pagaré lo que quieras, solo enséñale a mi hija a tocar la batería.
     - Está bien, quiero trescientos por cada clase - dijo desinteresado.
     Sonrió de lado, sabiendo que solamente cobró una vez y jamás volvió a hablar de dinero por ella.
     - No puedes pegarle tan duro o terminarás... Rompiendo los platillos, como este.
     - No sé controlarme, nunca lo he podido hacer...
     - Oye, eres una increíble baterista y obviamente tienes errores, ¿quién no los ha tenido? Escúchame, eres una de las más grandes bateristas y mucha gente lo reconocerá, incluso más que los bateristas británicos o de cualquier otra parte del mundo.
     - ¿En serio lo crees, Óscar?
     - No lo creo, Andy, - acarició su mejilla - solo estoy diciendo la verdad que veo a través de tus ojos. Eres maravillosa, talentosa y si nadie lo ve, es porque todos estarán ciegos.
     Derramó una furtiva lágrima, y con ella vinieron múltiples recuerdos.
     - ¿Andy?, ¿por qué lloras?
     - Todos me ignoraron, solamente existen ellos en el escenario, ¡yo no soy nadie!
     - Pero... Todos se acercaron a ti, te felicitaron también y... ¿hablas de ellos solamente?
     - No soy talentosa, soy un asco en esto, no merezco estar en el escenario. ¡No soy nadie!
     - Pero, Andy...
     Se escuchó silencio junto a un golpe seco en el suelo.
     - ¿Óscar?... ¡¡¡¿Óscar?!!!
     Cayó al suelo de rodillas, cubriéndose el rostro al igual que ella de joven. Se atrevió a mirar, viéndose a ella misma de pie junto a la camilla de hospital, derrumbada mientras sus primos la trataban de consolar.
     - Bueno, al menos ya está descansando.
     - También descansará de Andrea, no sé cómo podía soportar estar también con una chica que está mal de la cabeza.
     Escuchó el susurro de sus padres esa noche, entonces escuchó el bote de las pastillas abrirse y vaciarse, junto un sonido de ahogo. Luego escuchó sirenas de ambulancia ir por ella, salvando su maldita suerte.
     - Andrea.
     Se levantó de golpe, mirando a Izzy ahí. Estaba sentado con ella en el techo de casa de su tía.
     - Te escuché el otro día gritar en tu habitación, pero no quise preguntarte porque te veías muy alterada.
     - No es nada, solamente fue una situación extraña causada por algo insignificante.
     - ¿En serio?, pero...
     - No te preocupes, Jeff. Es algo "x", no pasa nada. Estoy muy bien, solamente me sentía molesta y saqué mi frustración.
     Suspiró, empezando a ver en qué momento comenzó su verdadera actuación.
     - Estoy muy bien, me siento demasiado emocionada.
     - Siempre digo que es mejor sonreír ante todo, al final de cuentas, lo que importa es continuar.
     - Estoy muy bien, realmente ha sido una bendición el poder cumplir un sueño tan magnífico.
     - Muchos me dicen que soy la "soltera" del momento, no sé qué significa tan importante honor - rio.
     - Soy demasiado feliz, he llegado aquí por mi gran esfuerzo y el apoyo de mis primos.
     - No olviden sonreír chicos, me encanta ver a todos así.
     - Amo mi vida, es algo que jamás cambiaría por nada. La batería me ha llevado hasta aquí y estoy orgullosa de mí misma.
     Miró hacia el frente, levantándose con enojo y lágrimas de rabia.
     - ¡¡¿Orgullosa?!! - gritó con voz de pecho. - ¡¡Eres una maldita desgracia, eres una estúpida que solamente sirve para hacer miserable a otros!!
     La imagen de la entrevista permanecía intacta ante ella, tan sonriente.
     - ¡¡"Orgullosa", eres solo una máscara, una puta máscara, Andrea!! - gritó. - ¡¡No eres real, no eres una realidad!! - sollozó. - ¡¡Tú no eres real, Andrea, no eres real para mí porque te odio!!
     Se quedó en el suelo, en posición fetal.
     - Te odio - susurró.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 09, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CRISIS DE UNA SONRISA | Fanfic Izzy Stradlin/Mundo RockDonde viven las historias. Descúbrelo ahora