Los golpes resonaron por el patio de la casa donde los mayores de los gemelos Nanami combatían sin descanso sobre un par de colchonetas. La mayor de ambos jadeaba con fuerza mientras esquivaba el puño de su hermano. Hacía apenas unas horas había estado levantando pesas con Shōji por lo que sus músculos se sentían adoloridos. Su sentido arácnido le permitió esquivar una patada y arremetió contra Kyōya que tomó su brazo y la envió al suelo, pero aprovechando su elasticidad, la chica envolvió las piernas alrededor de su cintura arrebatándole la victoria.
— ¿Estás bien Kyō? — preguntó extendiendo el brazo para ayudarlo a levantarse.
— Estuve cerca — dijo el chico orgulloso
— Ni tan cerca
— ¡Que estuve cerca dije! — replicó tomando una toalla — Es difícil derrotarte con tu sentido arácnido, pero aún así logré derribarte. Tendrás problemas si alguien es más rápido que tú
— Tiene sentido... pero si se trata de velocidad puedo esquivarlos en terreno alto
— Nada te asegura que tendrás uno — replicó el chico tomando una botella de agua — Hay que prepararnos para todo
— ¿Crees que haya algo en equipo?
— No cuentes conmigo —respondió el moreno provocando que su melliza lo mirase con confusión —No es que no quiera, deseo apoyarte, y sé que tu a mi también Mei. Pero hay empresas que van a ver mis inventos y, no es por ofenderte, pero tu ya destacas demasiado cuando usas a Venom
El simbionte y la chica se miraron, y esta sonrió más tranquila
— De acuerdo, no voy a opacarte... ¿Pero y si nos enfrentamos?
— Con todo mi amor de hermano, barreré el suelo contigo
— O el caso contrario
— No presiones tu suerte enana
La última semana pasó prácticamente volando. Mei había establecido una fuerte rutina que se dedicó a seguir toda la semana. Se levantaba a las 4:30 para sacar a correr a Sirius, pasaba el resto de la mañana en la escuela y a la hora de los entrenamientos se dedicaba a mejorar la distancia entre sus saltos aprovechando las rocas que Uraraka ponía a flotar, y evitaba el ácido de Mina lo que le permitía mejorar su velocidad en el aire.
Entre semana aprovechó de competir contra Sero en deslizarse por el campo de entrenamiento con su cinta y su red. Aún no lograba producir más de su cantidad máxima se complacía al ver que podía elevarse más alto que el chico y que a diferencia de la cinta del chico, ella no necesitaba usar demasiada telaraña para deslizarse.
Después de un descanso, hacía pesas con Shōji o incluso push-ups con el chico sobre su espalda y viceversa, cosa que había impresionado a más de uno, y dependiendo del día uno de los dos se intercambiaba para luchar con Dark Shadow bajo los reflectores.
Habría sido una semana sin mayor incidentes, de no ser porque llegó el viernes. Mic-Sensei los despachó temprano con la orden de que deberían aprovechar de descansar antes del gran evento. Muchos se quejaron al respecto, pero aún así todos se marcharon. Shōji y Tokoyami la acompañaron hasta la estación, pues los tres tomaban trenes diferentes. En el andén un precioso minimo de pelaje naranja se acercó a ella en busca de mimos que ella le proporcionó gustosa.
— Conque te llamas Yuki — habló la chica revisando la placa de animal —, ¿Estás perdido chiquito?
— Él es de aquí —respondió una voz adormilada. Mei levantó su mirada topándose con unos conocidos y misteriosos orbes amatistas. Otra vez ese chico. Yuki se levantó de sus piernas y se dirigió al no tan desconocido muchacho quien extendió su mano para rascarle tras las orejas, logrando que el gatito volviera a ronronear sacando lo que parecía ser una sonrisa en el chico.
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Venom
General FictionLa meta era sencilla, dejar el pasado atrás y convertirse en una heroína en la que todos pudieran confiar. Solo había que concentrarse en eso ¿no? pero tenían que existir los sentimientos, muy, muy confusos sentimientos.