Kyōsō no owari

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Ninguno de los dos lo pensó dos veces antes de lanzarse al ataque. Una peligrosa línea de hielo se movió en su dirección a gran velocidad, para alzarse en un muro que se derrumbaría ante el choque de su ennegrecido puño.

— No voy a ceder tan fácil, Todoroki-kun —aseveró la chica dejando que sus ojos se oscurecieran.

Avanzó con rapidez reventando cada bloque que le enviaba el bicolor ya fuera a puñetazos o cortándolo con sus garras. Todoroki era un combatiente de largas distancias por lo que necesitaba acercarse si quería tener una oportunidad.

El bicolor no se la puso fácil.

Por cada paso que avanzaba, más paredes le iba colocando el muchacho buscando mantenerla lejos, lo que resultó en que la morena entendiera su plan.

Él buscaba cansarla.

Todoroki desconocía cuánto tiempo podía durar utilizando algunas de las habilidades de Venom pero era consciente de que no podía hacerlo por siempre. En algún momento tenía que haber un cambio.

Y sí que lo habría.

El simbionte recubrió sus piernas antes de que la próxima barrera de hielo terminase de formarse impulsándola hacia arriba y permitiéndole trepar aquellos muros resbalosos con las garras en sus extremidades.

La chica se lanzó en el aire directamente hacia el bicolor quien intentó levantar otra pared pero debido a lo rápido de su impulso la capa aún era lo suficientemente delgada como para quebrarse ante el choque de su cuerpo.

Su cuerpo aterrizó sobre el bicolor y lo tomó de la cabeza para estrellarlo contra el suelo. Para su mala suerte no logró noquearlo y se deslizó sobre el chico buscando sus manos para inmovilizarlo.

—¡Holy Spiders! ¡¿que les enseñas en clase Aizawa?! ¡this kid sí que sabe pelear! — Exclamó Mic.

Por un segundo Mei volvió a sentirse orgullosa de su adicción a replicar los movimientos de la agente rusa de los avengers pero su oponente aún no estaba incapacitado o fuera de los límites, y estaba por ponerse aún más problemático.

Las llamas nacieron de su lado izquierdo quemando las telarañas que había disparado para amarrarlo y obligándola a apartarse.

Sabía que debería preocuparse porque el bicolor estuviera usando sus llamas pero a su vez no pudo evitar emocionarse.

«Va totalmente en serio conmigo»

—Hey, bájale a tu emoción. Estamos en problemas si sigue subiendo la temperatura —se quejó el simbionte dentro de ella.

Mei disparó más telarañas en dirección al chico buscando atarlo y tirarlo fuera del cuadrilátero pero era inútil. Hilo de telaraña que tocaba al chico, hilo que ardía en una horrible llamarada.

Necesitaba ideas, y rápido.

Lanzó varios golpes y patadas en dirección al mitad albino, pero este los rechazaba con velocidad o activaba parcialmente su lado ígneo obligándola a esquivar o cancelar su ataque.

Maldecía ya no estar recubierta y que el chico se hubiera dado cuenta de lo peor.

Venom no soportaba el calor.

—¡Wow! ¡Parece que Todoroki ha salido impune gracias a sus flamas!, ¿será este el final de nuestra spider-girl?— El héroe sónico no dejaba de ponerle sabor a la batalla sin dejar de tener razón en sus palabras.

El chico lanzó una llamarada en su dirección y Mei saltó lejos de esta, pero al aterrizar Todoroki aplicó la misma técnica que había utilizado con Midoriya atrapando parte de su pierna en el hielo.

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