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ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ :
ʟᴀ ʜᴀʙɪᴛᴀᴄɪᴏɴ ʙʟᴀɴᴄᴀ.

El tour por la segunda planta de la casa de Alex se redujo a una palabra, arte, arte en varias de sus expresiones más hermosas, diversos cuadros de la familia luciendo trajes elegantes como si vinieran de otra época, algo bastante pretencioso pero...

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El tour por la segunda planta de la casa de Alex se redujo a una palabra, arte, arte en varias de sus expresiones más hermosas, diversos cuadros de la familia luciendo trajes elegantes como si vinieran de otra época, algo bastante pretencioso pero divino.

—¿A que parezco un Rey? —Me muestra un cuadro de él, pintado en óleo, es El con un traje de lo que me atrevería a apostar es una especie de duque, sobre un caballo.

—Falta la corona. —Respondo caminado frente a él por el interminable pasillo, mirando como a poco parece que avanzamos en el tiempo hasta las fotografías primero varias en blanco y negro y luego a color, cabe destacar que unos metros tras de nosotros hay lo que parece una antigua escultura con la cara del padre de Alex. —Siento que estoy recorriendo la historia de los retratos. —No evito el tono emocionado. —Teneís una colección divina, incluso me sorprende que alguno de los pintores de hoy en día pueda hacer un cuadro tan hermoso, que pareciera hecho por alguno de los pintores famosos de la época renacentista. Y ni hablar de las fotografías. —Parece que fueron hechas con cámaras prehistóricas. —Lejos de una ofensa es un alago. —Es increíble.

Me volteo para verlo observarme con una sonrisa en sus labios, eso me confunde un poco, es una sonrisa sincera, pero en ella hay algo diferente, algo que nunca antes había visto en su mirada.

Con una lentitud casi agónica levanta su mano, y mi respiración se agita como si acabase de terminar una carrera de velocidad, el contacto de sus dedos con la piel de mi cuello, crea explosiones en los puntos de contactos, explosiones que electrifican todo mi cuerpo. En estos momentos siento como si mi corazón fuese una central eléctrica que está enviando energía a todas las zonas de mi cuerpo. Mis labios se abren cuando una de las comisuras de los suyos se levanta más.

«Nos suspires , no suspires»

—Eres tan hermosa.

«Suspira»

Mi cara se calienta ante tan inesperado alago, definitivamente Alex sabe como conseguir que me sonroje sin ningún esfuerzo, y lo odio un poco por eso, no puedo ir de chica interesante si ando sonrojándome como colegiala.

—Con las mejillas color sangre también eres hermosa. —Susurró mientras la distancia entre nosotros cada vez mermaba más.

—Que manera tan rara de decir que tengo las mejillas rojas. —Fue lo único que mi atolondrado celebro fue capaz de pensar mientras mis ojos  estaban perdidos en su demasiado tentadores labios.

Cuando apenas quedaban milímetros entre nosotros, mis dientes se clavaron en mi labio inferior y mis marrones ojos en los suyos azul infinito. Dios, necesito besarlo, ya, aquí, como sea, estoy tan desesperada por sentir sus labios sobre los míos que no me conozco.

Lágrimas de Sangre ©✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora