Capítulo 3: Marcado para siempre

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Martín está ligeramente recostado en el sofá con los pies encogidos sobre este, está prestado total atención a la narración de Raúl, hay partes de su relato que le asustan, otras que le confunden, otras no cree que él sea el protagonista y esta última parte le provoca cierta vergüenza, incomodidad y ,sin estar muy seguro de por qué aunque una parte de él lo imagina, excitación.

-Podemos dejar por ahora aquí el resumen si quieres y me preguntas lo que quieras o me das tus impresiones.-Indica Raúl mirando hacia él.-¿Te parece?

-Ha sido mucha información a la vez,-responde pensativo.-Me preocupa haber dicho todo eso delante de mis amigos,-confiesa sentándose con los pies sobre el sofá apoyando un brazo en el respaldo del sofá y su espalda en el mullido brazo del mueble.

-¿Estás duro?-Pregunta alegre Raúl de repente mirando a su paquete claramente abultado.

-¡No!¡Qué dices!-Responde nervioso intentando colocarlo para que no se note, como no lo consigue balbucea dejándolo como al principio:-Un poco...tal vez.

-¿Tal vez?-Pregunta echándose a reír.-Yo también lo estoy un poco,-confiesa toqueteando un poco su bulto por encima del pantalón corto.-Parece que rememorar eso nos pone caliente.-Se acerca un poco a él preguntando sensual:-¿Quieres que nos aliviemos?- Martín alza una mano hacia él indicando:

-Puede que hayamos vivido eso que dices,-bajando el brazo señala:-pero yo no lo recuerdo, por lo que no quiero.

-Te voy a proponer una cosa a ver que te parece,-comenta mostrando una sonrisa pícara.-Como ya te he comentado antes: Puede que tu mente sea virgen pero tu cuerpo no, lo que quiero decir con esto es que te mandará señales. Mi propuesta es que me dejes chupártela.-Martín abre sus ojos.-Solo eso. Estoy seguro que recibirás esas "señales" y que querrás... hacer más cosas conmigo,- con un ademán añade:- si me equivoco te puedes correr en mi boca.

-¡¿En tu boca?!-Pregunta absorto.

-Sí, y como tengo el pelo largo como si me quieres imaginar como una chica,-indica pasando sus dedos por su cabellera mostrando una bella sonrisa.

-Claro, como eres igualito que una mujer,-replica Martín con ironía.

-Entonces...¿Aceptas mi propuesta?¿Te la chupo?

-Y...¿Te lo tragarás?-Pregunta mirándole de reojo.

-Si es lo que quieres...- Al Raúl afirmar Martín comienza a desabrocharse el vaquero rápido diciendo medio excitado:

-Venga, vale.

Raúl aumenta su sonrisa al ver sus acciones y cuando su acompañante está desnudo de cintura para abajo procede, Martín que vive esa experiencia como nueva está que ni se lo cree, piensa que Raúl tiene una buena técnica y que como siga de esa manera llegará pronto a su clímax. Al principio sentado con una mano sobre sus labios y comenzando a respirar agitado observa como Raúl lo hace pero ahora echado posa el dorso de su mano sobre sus ojos cerrados mientras gime grave y de manera esporádica por el placer, entonces se comienza a sentir extraño, en una zona donde nunca antes había sentido nada ahora comienza a sentir calor y la necesidad de apretar y aflojar levemente esa parte de manera repetida, tras eso comienza a sentirse extraño y recuerda las palabras de Raúl «Tu cuerpo te mandará señales» asume que es una clara señal y algo asustado separa a Raúl exclamando:

-¡Para!

Este le mira extrañado y observa como su respiración es más agitada de la normal en esa situación, además su rostro tiene un color rojizo mayor incluso que cuando acabaron de fornicar de manera fogosa y desenfrenada, además Martín se tapa de nuevo la boca con una mano y mira su miembro erecto como preocupado. Por lo que Raúl pregunta serio:

Llámame amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora