Capítulo 29: Pillados

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Entran en silencio en el piso de los padres de Martín, al hacerlo este se lleva el índice a sus labios mirando a su acompañante para que Raúl no hable, señala al pasillo y a oscuras caminan hasta la habitación de Martín que es entonces cuando este prende la luz alargando una mano hacia un lado de la puerta y le hace una señal para que espere, Raúl en ese momento adentrándose con un par de pasos admira la habitación sabiendo que es la de su amado. En esta hay una cama individual pequeña, enfrente una litera de dos camas que está convertida en escritorio en la cual se aposa un portátil y unos cuantos de pendrives, encajada bajo el escritorio tiene una pequeña silla acolchada con ruedas, en otra pared hay un armario de dos puertas y varios baúles ,que en uno de ellos Martín busca la ropa de Julián para dejársela a Raúl. Encima de la litera Raúl se fija que hay tiradas grandes carpetas de proyectos y varios portaplanos, también hay un par de planos desplegados pegados en la pared encima de la cama solitaria que parece que tiene anotaciones por encima con bolígrafo rojo, al ver eso Raúl se acerca a Martín y a su lado pregunta susurrando:

-¿Todavía no te has hecho con un despacho?

-Estoy esperando a que me salga alguna otra obra para ello ya que de momento si no tengo más trabajo en casa de mis padres me hago bien, además he pagado algunas cosas a mis padres como por ejemplo el plóter que está en el salón por lo que me vería muy justo para mantener el pago mensual de un alquiler,-responde en el mismo tono de Raúl para no despertar a sus padres y encogiéndose de hombros comenta:-Ya habrá tiempo para ello.-Mientras le enseña la ropa que le va a prestar alzando las manos con esta entre ellas pregunta:-¿Quieres que cuando le tenga te lo diga?

-Me encantaría saberlo y si me lo enseñases incluso mejor,-responde con una sonrisa.

-Sígueme.-Le indica saliendo al pasillo oscuro, al llegar al cuarto de baño enciende la luz y dejando la ropa sobre el bidé indica en susurro:-Ahora te traigo una bolsa para la ropa, las zapatillas mejor también que las tires ahora te traigo unas también y me podré a buscar ropa para Mario.-Cerca de la puerta pide en bajo:-Intenta no hacer mucho ruido.

Tras volver con unas deportivas negras y una bolsa de basura cierra la puerta del baño, entonces su madre vestida con un camisón beis con un estampado de flores marrones y abrochándose una bata de color rosa palo aparece en el pasillo y en medio de un bostezo pregunta extrañada en bajo:

-¿Quién está en la ducha, Martín?

-Es Raúl,-responde en bajo para no despertar a su padre y acercándose a ella informa:-Un amigo está en el hospital y Raúl va a pasar la noche allí, le dije que pasase por aquí para cambiarse y tal ya que si no entre ir y venir a su casa tardaría mínimo como dos horas.-La madre afirma pensativa y seria mientras Martín la indica:- Yo ahora iré un rato a ver al muchacho al hospital pero vendré a dormir. Esto...-Señalando la puerta del baño cerrada pregunta algo incómodo:-¿Puede venir Raúl mañana a desayunar?

-Claro, cariño, y todo lo que necesite,-responde con una sonrisa amable y pregunta curiosa:-¿Qué amigo es el ingresado?¿Le conozco?

-No, es un amigo de Raúl aunque yo también le conozco.-Señalando su habitación indica:-Voy a buscar ropa para el muchacho que está en el hospital que la suya ha quedado dañada.

-¿Es que ha tenido un accidente?-Cuestiona preocupada.

-Algo así pero al parecer no esta muy grave,-responde con una mueca pensando que su madre no tiene por que saber la realidad de todo lo sucedido.

-Vaya por Dios, hijo, espero que se recupere pronto,-comenta disgustada y señalando la puerta del baño pide:-Dile a Raúl que si mañana además de desayunar quiere comer aquí está invitado.

-uhm...vale,-responde Martín tenso,-s...se lo diré.

La madre afirma con un gesto y se vuelve a su habitación dejando la puerta entreabierta, Martín busca esta vez en el armario ropa para Mario, se decide por un chándal negro con líneas blancas a los lados de chaqueta y pantalón y además una sudadera negra con la serigrafía del rostro de un león en el pecho, lo guarda todo bien doblado en una bolsa y dejando esta en el pasillo apaga la luz de su cuarto y va al su hermana, enciende la luz y va directo a uno de los cajones del escritorio en el que tiene multitud de lacas de uñas, quitaesmalte, limas y demás productos para la manicura, de aquí recoge el quitaesmalte y una laca de uñas de color negro además en el mismo cajón en el fondo hay un pequeño neceser que lo abre sin dudar y de este saca un lápiz de ojos de color negro, tras coger esos tres elementos cierra el cajón, apaga la luz y por el pasillo a oscuras va hacia la cocina escoge una bolsa pequeña de farmacia para guardar los pequeños objetos que porta. Al volver, Raúl ya ha salido de la ducha vestido con unos vaqueros, una sudadera negra lisa y unas deportivas negras, en su mano va cargado con la bolsa de basura con su ropa, en esos momentos Raúl duda si todo eso es necesario pero aunque se equivoque prefiere confiar en Martín, este le hace gestos para que entre en su habitación, en ella hace rodar la silla del escritorio y la señala para que Raúl se siente, este con una pequeña sonrisa obedece, entonces Martín saca el quitaesmalte, lo abre y le echa un poco en las manos a Raúl, lo primero que hace este con ello es hacer un gesto como si se lavara las manos con ello hasta por encima de las muñecas y luego vuelve a tender las manos para que le eche y poco más con ello en las manos cierra los ojos con fuerza y expulsando el aire de continuo por la nariz se lo esparce por lacara haciendo que le escuezan las heridas del pómulo, además se echa más por el pelo y el cuello, con mal gesto y moviendo una mano frente a su rostro para ventilarlo dice en bajo:

Llámame amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora