Capítulo 8: Secretos

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Martín llama al timbre no solo en el portal si no también arriba por toda su carga, al verlo así su madre le ayuda llevando algunas carpetas, el piso de los padres de Martín solo tiene tres habitaciones, una es la del matrimonio, otra donde solo hay una cama, un escritorio y un armario de su hermana y la habitación de Martín donde hay una cama, una litera de dos camas que se puede convertir en escritorio, un armario y varios baúles, que era la habitación que compartían los tres hermanos, dejan la mayor parte de la carga en esa habitación pero con la maqueta en la mano la madre informa:

-Mejor esto tan bonito lo ponemos en el escritorio de Lorena.

Martín observa como marcha su madre y mirando su cuarto, niega al ver que no tiene espacio real para sus planos y carpetas de proyectos ya que los han puesto encima de la litera, al seguir a su madre y ver como su maqueta inutiliza el escritorio de su hermana ocupando el espacio libre de este comenta meneando la cabeza:

- Tengo que buscarme un piso pronto.

-¡Ay, hijo! ¿Por qué sales con eso de repente?-Pregunta como asustada.-Me siento joven como para verme sufriendo el "síndrome del nido vacío" si todos os vais de casa tan pronto.

-Algún día me tendré que independizar, digo yo,-replica encogiéndose de hombros.

-¿Pero por qué lo has dicho ahora? ¿Qué pasa?-Pregunta mirando la habitación de su hija que era lo que observaba Martín al realizar su declaración.

-No tengo espacio para mis cosas del trabajo y esto solo es lo de la universidad cuando comience a trabajar pronto nos vamos a ver ahogados entre planos, proyectos y algunas maquetas,-declara señalando el escritorio.

-¿No sería mejor entonces comenzar con un despacho?¿Un estudio para realizar allí tus proyectos y guardar todos los planos?

-Hombre,-se queda pensativo apoyando su barbilla en el pulgar y el índice sobre esta y farfulla:-Lo cierto es que el estudio me daría beneficios mientras que el piso solo serían gastos.

-No tengas prisa, hijo ¿Acaso alguna vez has sentido que te echábamos?-Martín niega con una sonrisa.-Pues tu ahorra si puedes, hijo. Ten en cuenta que el principio de una empresa todo son gastos y esperemos que siempre estés atareado.

-Gracias a papá no creo que me falte curro,-indica caminando hasta el salón-comedor, donde le saluda un yorskshire terrier poniendo sus patitas en su pierna y este le acaricia la cabeza.

-Tu padre como jefe de obra no creas tiene mucho que ver, solo si acaso allanarte el terreno hablando con sus jefes.-Con un gesto con la mano añade:-Además llevamos un tiempo muy malo que no hay obras, esas unifamiliares que van hacer con tus planos será el trabajo serio que tendrá este año, tu padre está sobrellevando el parón con chapuzas.

-No lo sabía, menos mal que tú también trabajas, mamá.-Bajando la cabeza manifiesta:-Se que la universidad es cara.

-No tanto con la beca que obtuviste, hijo,-comenta posando una mano sobre su hombro.-Solo lo he dicho para que no creas que te han dado a ti el proyecto por enchufe, que tu padre te recomendara a sus jefes lo facilitó pero si nos fueras bueno y no valiese tu proyecto no lo desarrollarían.-Tirando un poco de la camiseta de su hijo ordena:-Vete a la ducha que la lavadora está esperando por ti.

-Ya la hago yo cuando salga, mamá, no te preocupes,-indica saliendo al pasillo.

-Pues entonces me voy a la compra que te estaba esperando.-Cogiendo su bolso señala con sorna mirando hacia él:-Al que iba a llegar a las nueve.

-Me he retrasado un poco, lo siento,-indica incómodo pasando una mano por su nuca.

-Estás bien, eso es lo importante,-comenta poniendo la correa al perro ya que aprovechará ir a la compra para darle un paseo y cerca de la puerta de entrada pregunta:-¿Necesitas algo?

Llámame amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora