Capítulo 26: Actuación de oficio

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Sin demora y con el informe médico en mano Raúl lleva a Mario al hospital más cercano, al entregar la hoja en el mostrador de la entrada les indican que aguarden en la sala de espera a que le llamen. El nerviosismo no desaparece del estado de ánimo de Mario, Raúl le observa serio, dándose cuenta que él medico tenía razón ya que la marca del cuello está cambiando a un color más oscuro y las marcas de las muñecas se han hecho más pronunciadas, Raúl no quiere saber los dolores que verdaderamente está pasando ni imaginar lo que exactamente sufrió en la agresión pero sí que le gustaría tener alguna idea de qué le pasa por la cabeza en esos instantes.

No pierden mucho tiempo en la sala pues al poco un celador entra en la sala de espera con una silla de ruedas y una carpeta en su mano, se para en medio de la sala abre la carpeta y mirando alrededor pregunta alzando la voz:

-¿Mario Sánchez Paniagua?- Mario se pone de pie de un salto. - Tranquilo que no hay prisa,- comenta jocoso el celador al ver su acción. -Siéntese aquí que nos vamos de paseo, -indica señalando la silla de ruedas, al hacerlo y Mario colocar bien los pies en los reposaderos en la muñeca le pone un identificador de color verde mientras dice amable:- A ver, que le pongo una pulserita por aquí.

-¿Por qué me pone una pulsera de estas?¿Me van a ingresar? -Pregunta Mario preocupado mientras el celador arranca el paso y Raúl los sigue.

-Yo eso no lo sé. Lo que sé es que es ahora le van hacer unas radiografías y luego le dejo en algún box de urgencias. - Le toca ligeramente un hombro pidiendo: - Usted esté tranquilo. - Retirando la mano comenta:- Si está bien se irá para casa pronto pero los médicos tendrán que ver las radiografías y luego decidir que hacer. Pregunte a ellos.

-Gracias, eso haré,- comenta aumentando de manera clara su nerviosismo ya que comienza a votar su pierna sobre el reposapiés de forma rápida.

Al llegar a la zona de radiografías hacen esperar a Raúl en otra sala de espera más pequeña y donde no hay nadie, tardan un tiempo en regresar, cuando lo hacen Raúl corre para ponerse a su paso y pregunta a Mario nada más llegar a su vera:

-¿Cómo estas?¿Qué te han dicho?

-Solo me han hecho las radiografías de la mano y del cuello, que ya me dirán los médicos.

-Pues a esperar se ha dicho,- comenta mirando al frente siguiendo el paso rápido del celador.

Al llegar al interior de urgencias hay otro mostrador donde el celador se para, entrega la carpeta y la mujer tras este le señala una puerta, entonces dejan la carpeta en unos de los portapapeles que hay pegados en la pared en el que con una pegatina marca «Box 5».Tras eso le lleva justo hasta la puerta con la mismo nombre donde frena de nuevo y le pregunta:

-¿Puede andar?- Mario afirma levantándose y entra en el pequeño habitáculo donde hay una silla para el acompañante y una pequeña cama rodeada de multitud de artilugios, medicamentos, máquinas, algunos pijamas, sábanas, esponjas y toallas. El celador poniendo un camisón de manga corta de la talla que estima que tiene Mario ordena amable:- Vaya cambiándose. - Le entrega una bolsa grande indicando:- Para guardar ahí su ropa, zapatillas y objetos personales.- Sale del box informando:- No deberían tardar en venir en atenderle. Usted cámbiese y túmbese a la espera. Si necesita algo su acompañante se puede asomar y llamar al que pase que siempre andamos de acá para allá pero no salgan de aquí.- Cerrando una puerta corredera comenta con humor:- Urgencias no es para andar paseando.

-¿Pero por qué me van a ingresar?- Pregunta entristecido mirando el fino camisón verde.

-A lo mejor es solo protocolo y te estás rayando por nada. Seguramente cuando acaben de hacerte todo te vayas para casa y en la cena estemos cada uno en la suya. Anda, cámbiate ¿Necesitas ayuda?

Llámame amanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora