After your love ||Charles Aranguiz||

2

Conchetumare.

Me llevé una mano a la cabeza, palpitaba como metralleta, weon.

Tampoco tomé tanto, toda esta wea es culpa del Gary, por la cresta.

¿Llegué anoche a mi departamento?

La luz entraba como si no hubieran cortinas. Que rabia weon, pongan las cagás de cortinas.

Abrí un ojo, tapandome la cara con la mano y miré pá donde estaba la luz.

Esta no era mi pieza.

Me senté en la cama y la sabana cayó de una, dejándome al descubierto todo el pecho. Sabía que podía pasar esta weá.

Sentí como alguien se movió a mí lado. Nooo, conchetumare.
Si el weon que estaba al lado mío era el Arturo, juro pegarme un tiro, por la chucha.

Con miedo fui girando mi cabeza, estaba de espaldas a mi, pero cuando vi su pelo, un gran alivio recorrió mi cuerpo.

¡Bien, por la chucha!
Ni curá podría comerme a ese weon.

Ahora la pregunta del millón venía a invadir mi tan sana cabezita: ¿Quien chucha era?

Me levanté rápido y tomé mi ropa interior del piso y me la puse en tiempo record, mi vestido no estaba por ninguna parte. Miré la puerta que supongo, era el baño, el cual estaba frente a mi acompañante.

Partí para allá, habían dos opciones.

1. Veía quien era, salía tranquila de esta y con suerte él no recordaría nada.

2. Iba al baño a ver si estaba mi vestido y este weon se despertaba.

Bueno, el que no arriesga, no gana.

Tomé una bocanada de aire y caminé con cuidado hasta el baño, abrí la puerta y cuando estuve a punto de cerrarla, me giré para ver quién era.

Ay no.

Se empezó a mover y yo cerré con cuidado y sumo silencio la puerta.

Ahí estaba mi vestido en el piso, al lado de la ducha, lo tomé y me lo puse rápido.

¿Enserio?
¿Es enserio Alexandra?
¿El Charles, weon?

No es que sea feo, weon, es super mino, pero weoon.

Está casado, tiene esposa y pá más remate tiene hijos, no, no sólo arruiné un matrimonio weon, también una familia.

—¿Que weá?—se escuchó desde la pieza—Ay, no—

No, yo no iba a estar aquí cuando él se levantara de esa cama.

Miré el ventanal que estaba detrás del closet, esperaba de corazón que la wea estuviera abierta, juro cortarme una teta si no.

Pasé hasta el ventanal y miré a través de este. Estaba en un primer piso, dios escuchó mis plegarias de pecadora, no se que hubiera hecho si hubiera estado en el segundo piso, weon, ahora rogaba que estuviera abierto.
Con cuidado de no hacer ningún ruido, tiré de la ventana hacia atrás y está se abrió sin esfuerzo alguno.

Sonreí a más no poder y salí de la casa.

Ya aliviada y esperando que el Charles no se acordara de absolutamente nada, partí en busca del Gary o la Moni, a no ser que me haya dejado aquí y se haya ido anoche.

Llegué a la cocina, donde estaba el dueño de casa, junto con el Pulgar, el Edu y la Moni.

—Buenos días, señorita—dijo el Edu con un tono extraño.