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Pasaron las semanas, Charles volvió a Alemania no sin antes dejar las cosas más calmadas entre la Maithe y la Fernanda.

Habían pasado ya varias semanas y todo estaba volviendo a la normalidad, a excepción del Matías, que no dejaba de molestarme, enviarme mensajes por todas mis redes sociales, ya se estaba volviendo una actitud psicópata.

Fui a España para el cumpleaños de mi Ale, la pasamos super bien, hasta el Erick se apareció para llevarle unos regalitos, pero estuvo dos días y tuvo que volver a Italia. La Cristi seguía recordándome nuestro trato y Charles había desaparecido desde que se fue a Alemania, como si nunca hubiera pasado nada. Volví a Chile dos semanas después y es que no quería separarme de la Cristi y los niños.

En un par de días los cabros volvían a Chile para después partir a Brasil a jugar varios partidos.

—¿Y?—murmuró mi hermana desde mi cama.

Estábamos en mi pieza, habíamos estado webiando todo el día, desde que la fui a buscar, porque se había peleado con el Benja, quien me reclamó hasta que me fui con la Cata. Mi madre se quedó cuidando a la Nico, ya que según ella, la Cata necesitaba un tiempo a solas conmigo. La Moni estaba conmigo, pero nos sacó unas fotos, a petición de mi hermana y se fue, dijo que tenía que hacer. Se iba a ir a culiar a alguien.

—¿Y qué?—alcé las cejas, mientras me peinaba frente al espejo.

—¿Vai a ir con los chiquillos a Brasil?—

—No, no creo, no son vacaciones esta wea, si ellos van a jugar—

—Que eri fome, tení toda la libertad y tiempo del mundo...—parpadee lentamente, esperando a que reaccionara—Ya, tiempo no, pero sí tení libertad y plata, ¿y no vai a ir?—

—Cata, tengo que estudiar, me queda con suerte un mes para terminar mi carrera y no la voy a cagar siguiendo a los cabros a Brasil—me coloqué la polera y le lancé una mirada a través del espejo, ella me miraba sonriente, como si hubiera hecho algo y no estuviera dispuesta a cambiar de opinión.

Siempre que me miraba así algo salía mal.

—Lo siento—alzó las manos cuando se encogía de hombros—Pero ya está hecho...lamentablemente—había maldad en su mirada, era esa cara que me ponía desde chica. La conocía tan bien.

—Que hiciste—dije seria apuntandola con el cepillo a través del espejo.

—Sii, te conseguí una pega por 3 semanas en Brasil—dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

—Me estai webiando, Cata—reclamé—Tengo clases—

—Pero si podí meterte a clases desde allá, si son online, estuviste en España con clases. Aparte estaban buscando especialmente a alguien como tu, si eri perfecta—sonrió impaciente.

Muchas personas en este instante podrían preguntar porqué no hay alguien a cargo de esto y es que la respuesta era no.
Después de que encontrara a mi Manager en actividades que no eran de mi tipo y que lamentablemente estaba usando mi nombre para cubrirlas, me fui por mi cuenta y dejé todo atrás para empezar de nuevo, independiente de todo lo de mas.

—Me carga que decidan por mi, Cata y lo sabí—

—Ya, sorry, pero es buena, mira—me tiró su teléfono.

Lo agarré en el aire y vi lo que estaba en la pantalla.

Era bastante bueno para decir verdad.
Y era poca pega por un buen pago, la compañía era una bastante reconocida y cubría la estadía.

—Ya, si tení razón—le dije devolviéndole el teléfono.

—Dale, te mando el número, es pá esta wea de la copa america, asi que vamos bien—

After your love ||Charles Aranguiz||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora