After your love ||Charles Aranguiz||

28

El Ale me siguió durante todo el camino, de repente nos encontrábamos en los semáforos y de repente me pasaba, pero mi mente viajaba por otros lugares.

Mi cabeza andaba lejana a este año y se devolvió unos cuantos años al pasado, donde el Matías me miraba atento a la prueba de embarazo que tenía entre mis manos.

Mi corazón palpitaba a mil por hora, no había querido mirar el resultado dentro del baño, lo quería ver con él. No estaba preparada ni para el positivo ni para el negativo.

Cuando tomó mi mano, me sentí segura, sentí que todo encajaba a la perfección, que ese era mi momento y que debía girar la prueba de embarazo para saber el resultado.

Y lo hice, y todo fue en cámara lenta y al ver la doble línea mi estómago se revolvió y mi corazón saltó en su lugar. Moví mi mirada hasta la de mi pololo, quien miraba la prueba de embarazo con una gran sonrisa.

No podía describir lo que estaba sintiendo, pero era la mejor sensación del mundo. Y estaba feliz, estaba más que feliz por eso.

Alguien tocó la bocina, lo que me hizo saltar en mi lugar, miré para todos lados rápidamente, viendo al Alexis al otro lado, desde su auto.

Suspiré viendo el semáforo en verde y a él con el ceño fruncido.
Negué con la cabeza y aceleré despacio. Me siguió todo el camino de cerca y con cuidado, pasamos a un Mcdonnals a petición mía, ya que si el Erick se despertaba a vomitar, iba a despertar con hambre, aproveché de comprarle una hamburguesa al Alexis y una a mi, con papitas y todo, cuando llegamos el Erick se bajó con una cara de culo, que se la encargo a cualquiera. Aún no se le iba lo curao y lo notaba hasta sin bajarme de su auto.

Apagué el motor y me bajé, cerré el auto cuando ambos llegaron a mi lado.

— ¿Estai bien? —cuestionó el Alexis, extrañado, yo asentí.

El Erick frunció el ceño y me miró.

— ¿Quien está bien? —

— Nadie Erick, subamos —lo empecé a empujar hacia el ascensor.

— ¿Segura que vai a estar bien? —

— Si, tranqui, ya he lidiado con el Erick curao —

El ascensor llegó y las puertas se abrieron de una.

— Voy contigo mejor —dijo rápido y tomó al Erick del lado contrario que yo.

No dije nada, solo esperé a que las puertas se cerraran, llegamos al 5to piso, se abrieron y nosotros bajamos.

Saqué la llave de mi bolso y abrí, el Alexis entró con el Erick y yo entré rápido detrás de ellos.
El Erick cayó de lleno en el sillón cuando el Ale lo soltó y ahí se quedó.

— ¿No necesitai otra cosa? —cuestionó acercándose a la puerta.

— No, ya tengo todo pa cuando despierte, gracias —me acerqué a él, le di un beso en la mejilla en forma de despedida y él se acercó a la puerta con una sonrisa media forzada— Avísame cuando llegues, porfa —dije antes de que cerrara la puerta.

— Bueno, cuídate —me tiró un beso con la mano y cerró finalmente la puerta.

Respiré con pesadez y apoyé la espalda en la pared, dejándome caer por ella hasta el piso. El Erick estaba profundamente dormido, así que no me preocupaba por ahora.

Miré el reloj de la pared, marcaba las 3:40 de la madrugada. Mi mente de nuevo se vió invadida por pensamientos de hace varios años.

— Cristi, siento algo feo —le dije haciendo una mueca y llevando la mano hacia mi vientre.