capitulo 23

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Nuestro placer no duró por mucho tiempo, mamá estaba por llegar y debía levantarme o esto acabaría mal.

-cariño... -susurre acariciando su cabello mientras oía su respiración tranquila.

-mmm... -musita lento.

-debes despertar. -hable suave acariciando su cabello.

-no... aquí nos quedaremos a dormir. -se aferra a mi espalda apretando suave mi piel.

-no podemos, mamá está por llegar. -dije mirándola.

Elisa no respondió solo siguió dormida muy tranquila, decidí levantarme sin despertarla, al hacerlo pude ver a Elena tranquila dormida. Tome a Elisa en mis brazos llevándola a su cama para después ponerle su pijama en momentos se despertaba y me decía que volviera a la cama, asentía diciéndole que en seguida lo haría.
Al terminar, levante todo sin dejar ninguna huella. Camine hasta Elisa y Elena verlas tan delicadas, tan bonitas, estaban tan vulnerables que necesitaban ser cuidadas en mis brazos. Quería acostarme abrazarlas, arrullarlas en mis brazos, darles calor y decirles que todos estaba bien.

Les di un beso cálido a cada una mientras dormían abrazadas. Salí del cuarto para irme al mío, quise esperar a mamá pero no llegaba. Los minutos pasaron y no llegaba mientras miraba el techo de mi cuarto con mi ventilar girando. Cerré los ojos un momento para después quedar profundamente dormido.

A la mañana siguiente escuché mi alarma haciendo que me levantara estirando mi cuerpo. Me quedé un momento sentado hasta quitarme el sueño, me lavé la cara para salir de mi cuarto. Todo estaba en silencio, fui al cuarto de mamá y pude verla que estaba dormida tapada. Me quedé tranquilo verla, fui al cuarto de Elisa y seguía dormida junto a la nena que se miraba tan preciosa. No pude más con las ganas y me acosté a lado de Elisa, tome a Elena en mis brazos y después jale a Elisa hasta sentir su calor. Las mire un momento contemplado lo hermosas que eran. Cerré mis ojos de nuevo tratando de dormir a profundidad pero este placer que me envolvía me jugo mala pasada quedando dormido de nuevo pero esta vez con mis más grandes amores.

Abri mis ojos de nuevo de golpe solo para ver que ya no estaba Elena ni Elisa. Mire a mi alrededor saliendo del cuarto bajando las escaleras para ver a toda mi familia preparando el desayuno.

-buen día -dije camiando a la mesa.

-hola mi niño, buen día. -me recibe mamá. -ven siéntate el desayuno esta listo.

-gracias. -hable camiando hasta Elena dándole un beso cálido en su cabeza.

-hola papi -me responde dándome su sonrisa tan hermosa.

-hola muñequita -la abrace fuerte.

-dice que eres su papá -habla mama en risas.

No dije nada me puse nervioso, de echo estaba arriesgando mucho esta situación. Aún así seguiré dejando que mamá crea eso, mire a Elisa que estaba en la cocina camine a ella abrzandola por atrás dándole sus buenos días, sin antes darle un beso discreto cerca de sus labios. Pude ver que estaba nerviosa pero igual me susurro que tuvo una noche tan placentera que quería repetir.
Salte una risa cálida dándole un abrazo apretando suave sus nalgas para irme a la mesa.

-anoche llegué tarde -habla mama mientras le daba agua a Elena.

-si, te esperé un rato y no llegaste  -hable sentándome a lado de Elena.

-si hijo, perdón tuve mucho trabajo en la oficina.

-descuida mamá, sabemos que estás ocupada -contesta Elisa dándole de comer a Elena.

-cariño no soy tu mamá, soy tu tía.

-yo te diré mamá. -recalca Elisa

-tambien yo -afirme desayunando.

-y yo, ¿puedo decirte abuelita? -agrega Elena.

-ay mi amores -habla mama manteniendo una sonrisa cálida.

-te amamos, siempre serás nuestra madre, te guste si o si. -dije acariciando su mano cálida que con el tiempo se iba sintiendo más suave.

-y quiero que seas mi abuelita -habla Elena sonriendo mientras desayunaba.

-ustedes ganan. -suelta la risa mamá -si mi amor, soy tu abuelita. -se levanta de su lugar dándole un beso con amor a Elena en sus mejillas.

El desayuno fue perfecto es de las pocas veces que desayunamos todos en familia, por suerte mamá no trabaja estaba en día de descanso. Propuse que fuéramos a la plaza a comprar comida para la semana.
Le platique a mamá que deje mi empleo, al principio se puso preocupada pero después entendió mi decisión.  No le dije nada acerca de Black, es obvio que nadie me creerá. Por cierto desde que me levante no sabia de el, todo la mañana pensaba en el, por alguna razón comienzo preguntarme si estará bien.

-hijo, ¿a dónde vas? -me habla mama.

-por mi teléfono, estaré al pendiente si me llaman de un trabajo.

-al rato que vallamos a salir, te ayudamos a buscar trabajo.

-si mamá, te lo agradezco.

Deje un beso cálido a mi madre, Elena y Elisa. Entre a mi cuarto de nuevo y algo nervioso busque la forma de llamar a Black, solo espero que no se moleste recuerdo que dijo que solo si lo necesitaba, quería ayuda de el pero no se si el este dispuesto ayudarme.

-Black.... -hable suave -¡Black! -subi el tono un poco.

Todo se quedó en un silencio profundo hasta que mi teléfono sonó a lo que me asusté. Al tomarlo era un número tan extraño, que jamás pensé que existía. Tenia números tan extraños, letras en forma de códigos como cifrados, algo nervioso conteste la llamada para darme la sorpresa de mi vida.

<<Hola Elias>>

<<Bl-Black...>>

<<El mismo, ¿qué necesitas?>>

<<Bu-Bueno... ¿podras venir?>>

-aqui estoy. -me responde Black saliendo de la oscuridad dejando ver su cuerpo.

-carajo... -dije asustado. -¿co-como...?

-despues te digo, ahora dime ¿qué necesitas?

-necesito si puedes ayudarme, a buscar trabajo.

-¿quieres que valla como niñero preguntando si tienen empleo?

-nada de eso, solo que tu fuiste de la idea de que renunciara, así que por lo menos ayúdame a buscar mientras están por ahí. Tampoco te pido que hagas todo por mi, solo ayúdame en eso.

-bien supongo. -se encoje de hombros.

-gracias Black, iré con mi familia a la plaza. Buscaré trabajo por allá pero si tu tienes algo avísame.

-esta bien, déjame ver que puedo hacer.

-debo irme me están llamando. -dije tomando mi teléfono.

-claro, estaré al pendiente -camina fuera de mi cuarto hasta ver como desaparecía lentamente hasta no verlo por completo.

Rayos sigue dándome miedo, a pesar de que emerge una energía limpia su carácter es demasiado frío incluso por hablar cosas simples. No me imagino si fuera mujer, tuviera el carácter quizá más fuerte.
Tome mis cosas y decidi salir con la idea de buscar empleo ya que mamá no podía con los gastos y Elisa al no trabajar ya que ella cuida la casa y nuestra hija, hasta ahora mamá no mostrado la preocupación que pensé pero igual debo hacer algo rápido.

Hermanos amadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora