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SORPRENDENTEMENTE, KATERINA había disfrutado del viaje. No era nada especial, solo unos pequeños invernaderos y su maestra parloteando sobre el abono y el reciclaje, pero Katerina había aprendido desde que empezó a disfrutar de las pequeñas cosas.
El aire era fresco y fresco, las plantas calmaban la vista y tenía a su esposo a su lado. Aparte de los constantes gritos y el olor a humanos a su alrededor, no había mucho más que pudiera haberla molestado.
En algún momento durante el viaje, había visto la expresión de disgusto de Rosalie ante el barro y la tierra y se había reído junto con Jasper. Emmett parecía muy aburrido, sus ojos estaban vidriosos como si estuviera imaginando estar en cualquier otro lugar menos allí. Probablemente en casa, jugando videojuegos.
Ella y Jasper se habían reunido con Alice y Alex y disfrutaron del ambiente tanto como pudieron. Katerina había golpeado a Alex cuando él intentó arrojarle un gusano, lo que llevó a Alice a llevárselo "por su propia seguridad" mientras se reía suavemente ante la mirada ceñuda de Katerina.
Al final del viaje, todos caminaban de regreso a los autobuses cuando vio a Edward caminando junto a Isabella. Alice y Alex iban un poco por delante de ellos, pero todos podían escuchar su conversación.
'—Quiero decir, ¿por qué no dejaste que la camioneta me aplastara y te ahorraste todo este arrepentimiento?– Preguntó Isabella.'
Tenía una expresión molesta y Katerina tuvo que dar los apoyos humanos por hacer frente a los constantes cambios de humor de Edward.
'—¿Qué, crees que me arrepiento de haberte salvado?'
'—Puedo ver que sí, yo sólo... no sé por qué.
'—No sabes nada– dijo Edward.'
Katerina quiso dar la palma de la mano ante su críptica respuesta. ¿Podría empeorar las cosas? Seguramente, podía ver cuán naturalmente curioso y entrometido era el humano, su misteriosa respuesta solo aumentaría su necesidad de una respuesta.
Alice pareció estar de acuerdo con los pensamientos de Katerina y saltó hacia los dos con Alex a su lado. Katerina y Jasper estaban justo detrás de ellos.
—Hola –dijo Alice alegremente. Alex sonrió cuando Edward e Isabella se separaron el uno del otro. —Yo.
Alice se volvió hacia el humano. —¿Vas a viajar con nosotros?
Edward los interrumpió a ambos. —No, nuestro autobús está lleno.
Se dió la vuelta y golpeó las puertas del autobús para que se abrieran, no miró hacia atrás cuando entró, Alice le dio al humano una última mirada antes de seguirla, arrastrando a un divertido Alex con ella.
