xv. memories from the past

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—DIOS MIO, ¿PODRIAS DEJAR de inquietarte? Me está volviendo loca– espetó Katerina en el silencio, sorprendiendo a Bella que estaba sentada en el sofá dando golpecitos con el pie sin cesar

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DIOS MIO, ¿PODRIAS DEJAR de inquietarte? Me está volviendo loca– espetó Katerina en el silencio, sorprendiendo a Bella que estaba sentada en el sofá dando golpecitos con el pie sin cesar.

—Lo-lo siento– tartamudeó Bella con una expresión nerviosa, sus mejillas enrojecidas.

Katerina suspiró, marcó su página y dejó el libro en la mesa de café frente a ella. Le dió a la niña toda su atención y arqueó una ceja.
—¿Qué pasa?

Bella comenzó a tartamudear de nuevo, pero los ojos de Katerina se entrecerraron con molestia y Bella suspiró profundamente antes de explicar qué estaba mal.

—Es una tontería, pero supongo que estoy ansiosa por Victoria y el vampiro en mi casa...– se calló, mordiéndose el labio por su incapacidad para expresarse.

Katerina tarareó. 
—Eso no es una tontería. En realidad, es una emoción muy lógica sentirse en una situación así– señaló.

—Supongo...

Katerina dejó escapar un suspiro dramático y se puso de pie, moviendo sus mechones castaños por encima del hombro y caminando hacia el perchero junto a la puerta principal. 

Se puso su abrigo beige de osito de peluche y se metió los pies en un par de botines de tacón, transformando sin esfuerzo sus jeans ajustados negros y su top corto en un atuendo moderno. Katerina se volvió hacia una confundida Bella mientras sacaba las llaves de su bolso.

—Bueno, ¿vienes?– ella preguntó.

—¿Ir? ¿Adónde vamos?– Bella preguntó mientras se ponía de pie, conscientemente palmeando las arrugas de su sencilla camisa de manga larga.

Se sentía completamente mal vestida con sus converse rotos y jeans azul oscuro, incluso su cabello era liso y recogido con una cinta para el cabello y su rostro sin maquillaje. Comparada con la elegancia natural de Katerina, Bella nunca se había sentido tan humana.

Katerina frunció los labios mientras recorría con la mirada la figura de Bella críticamente, haciendo que la chica se retorciera de incomodidad. 

—Saldremos para evitar que te conviertas en una bola de ansiedad, por supuesto.

Katerina tomó una fina chaqueta negra del perchero y se la tendió a Bella, haciendo un gesto para que la chica se la pusiera. 

—Va a ir con lo contrario, créeme. Tendrás esa mirada inocente pero elegante.

Luego, Katerina sacó la cinta para la cabeza del cabello de la chica y pasó ligeramente sus dedos por las trenzas marrones, retrocediendo para inspeccionar su obra. 

—¡Perfecto! Vamos.

Bella simplemente siguió la forma en retirada de Katerina fuera de la casa de los Cullen mientras caminaba hacia el garaje, mirando la puerta abrirse y revelando los costosos autos que había dentro. Katerina presionó el botón de sus llaves para desbloquear el elegante Land Rover negro y se subió al asiento del conductor, esperando a que Bella la alcanzara.

BLOOD WITCH | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora