vii. Romeo and Juliet

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LA VIDA PARA LOS CULLEN ESTABA tranquila después del rastreador, James había sido destruido y la chica humana, Isabella Swan, hubiese sido salvada.

Katerina y su familia habían pasado desapercibidos después de la experiencia cercana a la muerte de Isabella, sin querer atraer ninguna atención no deseada sobre ellos mismos. Sin embargo, Katerina sabía que Charlie, su padre, no estaba muy contento con los Cullen en ese momento, considerando que su hija había llegado a casa con una pierna rota y casi muerta.

Durante los meses de relativa normalidad dentro de la casa Cullen, Katerina había admitido, de mala gana, que podía llevarse bien con Isabella. Sin embargo, no cuando la chica estaba con Edward, porque a pesar de ser de los viejos tiempos, Katerina no podía soportar el romance melodramático que compartían.

Claro, ella y Jasper eran románticos y declaraban su pasión el uno por el otro, pero también eran adultos que no eran co-dependientes del otro de manera enfermiza para sobrevivir.

Katerina supuso que los adolescentes de esta edad eran más susceptibles a dejarse arrastrar por la estética romántica de sus películas y literatura, algo que sabía al leer innumerables novelas juveniles de mala calidad para pasar el tiempo, los seres humanos parecen amar sus tropos cliché.

Forks High era tediosa, como siempre, y Katerina incluso se había quejado en voz alta cuando leyó el programa de estudios de la mayoría de sus clases. Tendría que soportar Tragic Classics en inglés, la Segunda Guerra Mundial nuevamente en la historia mientras sufría otro período de pretender ser humana en la clase de gimnasia. Estaba harta de jadear como un perro alrededor de los humanos cuando no tenía necesidad de respirar en primer lugar.

Katerina estaba actualmente sentada en dicha clase de inglés, con los ojos entrecerrados mientras miraba la pantalla al frente de la clase con aburrimiento. Ella compartió esta clase con Edward y Bella y podía escucharlos susurrar unos a otros desde algunos asientos hacia atrás. Katerina miró a su lado y por la ventana observando el paisaje. Estaba lloviendo, como siempre, aunque Katerina ya se había acostumbrado y había aprendido a encontrar consuelo en el clima lúgubrez era casi una fuente de estabilidad, la lluvia le recordaba su hogar.

Los Cullen tenían casas en todo el mundo en caso de que tuvieran que mudarse en cualquier momento, y Katerina sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que se mudaran de Forks nuevamente, una vez que la gente en el hospital comenzó a cuestionar cómo Carlisle todavía podía verse en sus 20 años a pesar de haber trabajado allí durante más de 10 años. El hecho de que ninguno de sus hijos pareciera haber envejecido desde la escuela secundaria no ayudaría a las cosas, por lo que sería el momento de hacer las maletas y seguir adelante.

Katerina, Jasper, Aleksandr y Alice solo se habían mudado una vez hasta ahora, se habían unido a los Cullen en Alaska y permanecieron allí durante cincuenta y tantos años antes de seguirlos a Forks. Los gemelos habían disfrutado de su tiempo con el clan Denali, encontrando el paisaje y los miembros nostálgicos de sus vidas antes de la inmortalidad.

BLOOD WITCH | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora