x. a Cullen returns

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OS ARBOLES SE VEIAN BORROSOS a la vista de Katerina mientras corría a toda velocidad, persiguiendo los cabellos rojos en llamas de Victoria a través del bosque, con Jacob pisándole los talones. La vampira entrecerró los ojos hacia la otra mujer, tratando de discernir sus patrones y predecir lo que iba a hacer a continuación. Recordó lo que Laurent había dicho cuando les advirtió sobre Victoria y James, y cómo el poder de Victoria parecía ser una mayor autopreservación, algo que Katerina encontraba molestamente útil para que la poseyera la pelirroja.

Katerina olió a humanos más adelante y silbó en voz baja, alertando al lobo rojizo debajo de ella para desviar su ruta ya que solo atraería más atención a sí mismo de lo que ella lo haría. Jacob gruñó con tristeza, pero prestó atención, giró bruscamente a la izquierda y desapareció entre el follaje del bosque.

Katerina se obligó a ir más rápido, sin creer realmente que atraparían a Victoria hoy, pero queriendo al menos esforzarse al máximo, esperando que la mujer tomara la persecución como una advertencia para que se fuera y nunca regresara. Ambos vampiros se encontraron con los humanos, que Katerina notó que incluía a un anciano canoso y Charlie Swan, y se encaramó a los árboles.

Sabía que era mejor no intentar pelear con Victoria aquí, ansiosa por los humanos de abajo y qué les haría exactamente. A Katerina no le importaba particularmente la muerte de un par de humanos, pero sabía que Charlie significaba mucho para Bella, así que apretó la mandíbula mientras la pelirroja le sonreía desde el otro lado de las copas de los árboles.

Katerina miró a Victoria como un halcón, sus ojos sangraban de rojo mientras la niebla roja cubría sus manos. Charlie se adelantó mientras el otro hombre cubría apresuradamente algo en el suelo con su bota, pero Victoria aprovechó este momento para bajar hacia el hombre y levantarlo por su camisa.

Estaba a punto de saltar e intervenir cuando Jacob de repente saltó a través del claro y arrancó a Victoria lejos de él. El hombre se tambaleó hacia atrás y se apretó el pecho presa del pánico, ignorando al lobo pelirrojo que corría a toda velocidad y gruñendo mientras sus ojos se agrandaban ante el repentino dolor.

Katerina reconoció los síntomas de un ataque cardíaco que se avecinaba y apretó los dientes antes de caer con gracia frente al hombre y enviarle una mirada tranquilizadora. El hombre se sobresaltó ante su repentina aparición, sus ojos asustados parpadearon hacia sus propios iris rojos y Katerina hizo una mueca, sabiendo que probablemente pensaba que estaba aliada con Victoria.

—No voy a hacerte daño, voy a ayudar– susurró, mirando hacia donde Charlie había desaparecido, sin darse cuenta de que su amigo agonizante.

Katerina apoyó la mano en el pecho del hombre y dejó que la neblina roja fluyera por su cuerpo, enfocándose en su corazón que latía frenéticamente y manipulando el órgano para reducir su ritmo a un ritmo normal, evitando que el hombre sufriera un paro cardíaco.

BLOOD WITCH | Jasper HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora