XIV

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Las clases restantes fueron más que frustrantes y no podía esperar que sonara el ruido del timbre que indicaba la finalidad del horario escolar. Una vez que lo hizo, corrí rápidamente hacia el salón de Soobin.

— Llama a Yumi, ahora. — Le ordené repentinamente.

Él solamente me miró asombrado y le chasqueé los dedos para que reaccionase de una vez, lo cual había funcionado. Miré cómo sacaba su celular de su bolsillo y comenzaba a buscar el número de mi mejor amiga, así marcándolo. Me quiso pasar el dispositivo a mí y se lo negué, pues pensé en que si yo le hablaba, no me diría nada, así que dejé que Soobin preguntara por mí.

— ¿Hola? ¿Yumi? — Por fin había contestado. — ¿Estás bien? ¿Y Yuhwa noona? — Preguntó Soobin en un tono preocupado.

Le hice gestos con mi mano para que ponga la llamada en modo altavoz y así poder escuchar toda la conversación directamente.

— Sí, dicen que dentro de hoy seguramente despierte. — Pude oír la voz femenina hablar quebradamente.
— Es un alivio entonces... ¿Dónde están? ¿Puedo visitarla? — Volvió a hablar mi mejor amigo.

Un silencio se hizo presente. ¿Se habrá dado cuenta de que también estoy yo? Ahora que lo pienso, de seguro Soobin nunca ha visto a Yuhwa noona, ¿por qué querría visitarla? Comencé a morder la uña de mi dedo pulgar nervioso y el castaño estuvo por decir algo para asegurarse de que la llamada siguiera en curso.

— Te marco la dirección si quieres. — Respondió finalmente.
— Sí, por favor. Nos vemos. — Agradeció dando por terminada la llamada.

Esperamos unos segundos para que alguna notificación llegase al teléfono y una vez que así fue, corrimos hacia afuera del instituto para buscar un taxi lo más rápido posible. Nos subimos al primero que habíamos visto y conseguido parar. Le dije la dirección al conductor casi gritando con desespero, sin siquiera haberlo saludado como lo hubiera hecho anteriores veces. Pero estaba demasiado apurado y nervioso, no podía pensar más que otra que no sea sobre la chica que me gustaba.

Luego de un par de minutos que parecieron horas y horas, ya nos encontrábamos frente al hospital. Saqué de mi billetera unos cuantos billetes, hasta creo que le di dinero demás al no fijarme absolutamente nada, solamente quería llegar lo antes posible hacia Yumi para ver cómo se encontraba. Estuve por correr para adentrarme hacia el hospital, pero Soobin me paró apoyando su mano sobre mi hombro.

— Hermano, yo me voy. Creo que debes de hablar sobre muchas cosas con ella a solas. — Comentó dedicándome una sonrisa reconfortante.

No dije nada, solamente lo abracé durante unos segundos y me sentí realmente afortunado de tenerlo como mejor amigo. Me despedí de él moviendo mi mano de lado a lado a la vez que corría hacia el interior del lugar. Paré a cualquier enfermera que se me cruzara a la primera y le pregunté si sabía cuál era la habitación de Kang Yuhwa.

— ¿Eres algún familiar o amigo de ella? — Preguntó mientras buscaba algo entre varias hojas.
— Sí, soy su hermano. — Mentí. Es que sabía que si no lo hacía no me iban a dar información alguna.
— En la habitación C4, joven. — Habló con calma.

Finalmente la agradecí y corrí lo más rápido que pude hacia el ascensor para dirigirme hacia el tercer piso, pero raramente este estaba tardando mucho en venir. Tuve que tomar la opción de subir las escaleras, pues deduje que eso sería mucho más rápido y en cuestión de segundos ya me encontraba a pocos kilómetros de la habitación.

Solté un suspiro profundo, como si me estuviese preparando hasta para lo más inesperado y toqué la puerta dos veces. No esperé más que cinco segundos y la puerta se abrió lentamente, lo cual provocó que levantara mi mirada hacia al frente.

— ¿Beomgyu? —

EX CONCUÑADO | TXT's BEOMGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora