• Oscura Realidad •

Prólogo

Estaba en el salón de mi casa sentado en uno de los sillones frente a la chimenea leyendo mientras que mi madre se acercaba hacia mí.

-Tu prima llegará pronto así que alístate por favor cariño_sonrei asintiendo sin apartar la mirada del libro y ella se alejo.

Subí a mi habitación para alistarme un poco, recordaba como era ella de pequeña siempre ha sido una niña linda, intimidante pero eso solo hacia que fuera mas interesante.

Mientras yo estaba sumergido en uno de los muchos libros que tenía en mi habitación escuché voces provenientes del salón de mi casa pero decidí esperar arriba, poco tiempo después escuché pasos que se acercaban pero no les preste atención y seguí con mi lectura.

-Hola extraño_dijo una voz que me era imposible no reconocer.

...

Me encontraba en mi habitación tratando de concentrarme en el libro que estaba leyendo pero no podía, lo único que rondaba por mi mente era ese momento, cuando la volví a ver, llevaba en torno al cuello una gargantilla de plata, adornada con una esmeralda de buen tamaño. Su cabello era color oscuro, era negro, completamente negro que brillaba a la luz de la luna. Pero eso solo hacia que sus bellos ojos azules brillaran aún más, casi como dos zafiros. En cambio, su piel era suave y clara, sin mácula, blanca como la leche. Y era esbelta, grácil, más alta que la mayoría de las chicas, con pechos abundantes, cintura fina y rostro en forma de corazón. Los hombres que la veían no apartaban la vista con rapidez, ni siquiera aquellos que decían no tener interés en ella. Muchos consideraban que era hermosa. Pero no sólo era hermosa. Era peligrosa; terriblemente peligrosa.