Capitulo 31

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Harry Potter

El día ha sido de lo más normal y aburrido, ____ y yo quedamos de vernos en la torre del reloj para ir juntos al castigo con Umbridge, hasta donde se la serpiente tenía pruebas para el equipo de quidditch, quiere ser buscadora por lo que sería la persona con la que tendría que competir durante los partidos, no me desagrada en lo absoluto, ella es particularmente competitiva y eso eleva el nivel de competitividad en mí lo cual está bien si es que quiero superarme a mí mismo, Slytherin es un equipo sumamente fuerte, que no ha podido ser vencido desde que yo entre al colegio y todo eso incremento cuando los Riddle se convirtieron en capitanes a sus 18 años, durante los últimos días he estado preocupado por los recurrentes sueños que he tenido, he tratado desesperadamente de buscarles el significado aunque sin resultado alguno por el momento, a lo lejos visualizo la silueta que es inconfundible, viene con el cabello recogido en una coleta, sin la túnica del uniforme, la falda detalla sus piernas robustas y su cintura tan pequeña, la blusa se le ajusta de manera perfecta gracias a los pechos proporcionados que tiene, es guapa, bastante atractiva, tiene labios carnosos que ponen a salivar a cualquiera, mismos con los que me sonríe cuando está a una corta distancia

— Hola pequeño león — saluda de manera dulce dándome un abrazo que no dudo en corresponder sintiéndome nervioso por tenerla tan cerca — como estuvo tu día?

— Bien... pero cuéntame mejor como te fue en las pruebas de quidditch — pregunto con una sonrisa pero hace una mueca borrándome la sonrisa — ¿pasó algo malo? — suspira y niega volviendo a sonreír

— Bueno, casi mato a mi capitán con uña bludger endemoniada pero de ahí en fuera creo que fui el mejor prospecto para el puesto — rodeó sus hombros con mi brazo mientras la felicito, llegamos a la oficina de Umbridge y llamó a la puerta esperando el permiso para entrar

— Pasen — dice desde adentro con la voz chillona que tiene

— Señor Potter, señorita Lestrange adelante, tomen asiento — nos adentramos a la oficina que está infestada por el maullido de los gatos que tiene como retratos en las paredes, el color rosa predomina en absolutamente todo y puedo ver que ____ está igual de incómoda que yo con el ambiente que emana del lugar, nos sentamos uno al lado del otro mirando el pergamino en blanco que está frente a nosotros — hoy van a escribir unas líneas para mi

— Que quiere que escribamos? — pregunta ella con una sonrisa falsa llena de resentimiento mientras tomamos nuestras cosas para sacar pluma y tintero

— Oh no no no, van a utilizar unas plumas que son muy especiales para mi — nos pone delante un par de plumas, que a decir verdad son muy bellas — y van a escribir "No debo decir mentiras"

— Cuantas veces? — preguntó

— Las que sean necesarias para que el mensaje se les quede grabado — nos mira colocándose detrás de nosotros mirando por la ventana

— No nos dio tinta — refunfuña ella

— No la necesitan — con eso dicho la chica junto a mi y yo comenzamos la escritura sobre el pergamino, voy por la tercera línea cuando empiezo a sentir un ardor insoportable en la mano izquierda, los quejidos empiezan a ser más evidentes mientras cada letra se va abriendo paso por mi piel derramando pequeñas gotas de sangre, volteó a ver a ____ y su mano está en la misma situación pero su pecho sube y baja con demasiada rapidez, por su parte no hubo queja pero por la fuera con la que aprieta la pluma deduzco lo furiosa que está, Umbridge se posa frente a nosotros mirándonos — mis niños... yo sé, que muy en el fondo saben que merecen este castigo — nos mira soltando una risita yéndose a su escritorio

— Loca de mierda — susurra ____ para continuar con el castigo hasta que terminamos, ella se levanta tomando sus cosas, se posa frente al escritorio y avienta el pergamino — ya termine, puedo irme? — Umbridge solo asiente y yo tambien entrego mi pergamino saliendo detrás de la chica azabache — me las va a pagar te lo juro, esto no se quedará así — la tomo de los hombros mirándola, la furia hace brillar más sus ojos celestes, pero no de una manera linda, si no de una manera que te hace temer

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