Capitulo 56

1.1K 63 8
                                    


Lestrange

Las semanas pasaron y una tranquilidad inexplicable llegó a nosotros desde que Harry y Hermione habían llegado a nuestras puertas justo en la noche de navidad, aún no había hablado con ellos o al menos no con Harry, según Tom y Mattheo el no me odiaba por lo sucedido pero mi mente estaba convencida de lo contrario, ya no tenía miedo de que pudiera existir un rechazo de su parte, ahora simplemente me daba igual, no había intentado hablar con él solo porque no me convenía que rompiera la alianza que se había creado

Y con el paso de esos mismos días me gustaría poder decir que me había puesto mal después de lo sucedido en Hogwarts, quisiera decir que volví a cerrarme en mi mundo después de que Ronald casi volviera a hacer de las suyas conmigo y quisiera poder decir que sentía culpa de todo lo que le ha pasado, de todo lo que ha sufrido... pero no es así, nada había cambiado en mi, yo seguía siendo la misma, una versión renovada, pero seguía siendo yo. Ronald no había sido capaz de robarme mi sonrisa nuevamente, no había sido capaz de arrebatarme la inmensa felicidad de la que estaba gozando

He sido partícipe en casi todas las torturas de Weasley, digo casi todas porque no me apeteció ver cuando los verdugos como bienvenida le hicieron lo mismo que él me hizo a mi. Pero si he de admitir algo y es que cada día me recorría una enorme satisfacción tras escucharlo gritar y suplicar, verlo llorar y atragantarse con su propia sangre, Tom y Mattheo cuando querían podían ser realmente realmente sadicos y crueles, se esmeraban en destruir la identidad de esa persona u es que de Ronald Weasley ya no queda nada... ha sido golpeado, quemado, apuñalado, electrocutado e incluso mutilado y yo misma había sido la autora intelectual de algunas de esas torturas

No quería que quedara rastro alguno del chico que alguna vez conocí, de quien alguna vez me fie creyéndolo mi amigo, me había lastimado a mi y no sabía a cuántas chicas más pudo haber violado, pero debo decir que ahora, de salir vivo de aquí, no podría ni tendría como

Sonreí recordando aquel día:

— Quiero lastimar su orgullo — le dije a los mellizos mientras bajábamos a los calabozos

— Ya es tu prisionero cariño, eso ya es un golpe a su ego — Tom apretó mi mejilla

— No es suficiente — dije en negativa

— Bien, que es lo que desea la princesa — me miró Mattheo con curiosidad — como pretendes herir más su orgullo?

Sonreí de lado, a mi mente habían llegado varias ideas para hacerlo, sin embargo, solo una me convenció lo suficiente

— Necesito unas tijeras, algo que sea capaz de cortar piel, venas, tendones... me entienden no? — los dos me miraban con una enorme sonrisa

— Algo con filo — contestó Mattheo

— Mucho filo — replique con una sonrisita alargando la primera vocal

— Bien, tengo algo en mente — Tom se fue en dirección a otra habitación

Mientras esperábamos a Tom nos quedamos fuera de la habitación donde estaba encerrado, eche un vistazo por el pequeño cuadro de cristal que permitía ver el interior, él estaba ahí encadenado de las manos al techo y las piernas al piso formando una "X" con sus extremidades, un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando sus ojos parecieron posarse sobre mi

— Toma he traído esto, bonita — la voz de Tom me hizo apartar la mirada, estaba frente a mí ofreciéndome lo que había pedido

Un precioso cuchillo kirtsuke con mango de Damasco cuyo filo parecía capaz de cortar de un solo tajo, sonreí tomándolo en mi mano, empuñándolo con firmeza detallando la inscripción en la hoja

• Oscura Realidad • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora