• Oscura Realidad •

Capítulo 57

La partida de Evan había traído consigo algunos sucesos mayormente buenos, mi tía Narcissa había venido de inmediato aunque a escondidas ya que había tenido que escapar, su llegada logró ayudar enormemente en la recuperación de Draco, Tom había sanado con más rapidez de la esperada y Barty... bueno ese hombre parecía ser inmortal así que podía decirse que todo había marchado bien después de aquel ataque

Sin embargo, la incertidumbre aún era algo que me atormentaba por las noches pues la misma pregunta se repetía una y otra vez en mi cabeza ¿que tan seguros estábamos en esa casa?

Días después y con una alarmante tranquilidad yo finalmente había hablado con Harry lo que resultó ser una fantástica forma de quitarme un gran peso de encima, no negaré que aún sentía culpa pero esa misma fue mermando poco a poco tras las palabras del castaño "No te culpo por lo que pasó ____ entiendo tus razones, se muy bien que no querías arriesgarte a perder a quienes amas y que no te dieron mas opciones... yo hubiera hecho lo mismo, de tener la oportunidad, yo hubiera hecho todo por tener a mis padres conmigo" la culpa disminuyó tras esas palabras y todo fluyó con relativa normalidad porque a pesar de que habíamos logrado destruir ya tres horrocruxes todavía nos faltaba alguien, Evan no estaba y su ausencia en la casa se sentía en todo momento, desconocía si estaba muerto o seguía con vida, mi intuición me llevaba a pensar que estaba vivo, pero que no la estaría pasando muy bien, si estaban torturando a Evan y seguramente lo hacían era con la finalidad de sacarle información sobre nosotros

— El estará bien — la voz grave de Tom resonó en mis oídos

Sabía que la preocupación me tenía presa, era imposible ocultarle algo a él o a su hermano, parecía conocerme tan bien que podían descifrar cada emoción y sentimiento que se ocultaba detrás de mi mirada

— Espero que si — le dediqué una ligera sonrisa mientras se acercaba a mi

— Ahora debemos preocuparnos por nuestra familia ____ por nuestros pequeños — suspiro rodeandome por detrás con sus brazos mientras sus manos se posaban sobre la panza que ahora sobresale haciendo más que evidente el embarazo — en un par de meses nuestra vida cambiará por completo

Solté un suspiro porque lo sabía, mi vida cambiará por completo, me negaba rotundamente a que mis hijos crecieran en un mundo en guerra por eso estaba decidida a terminar con todo aquel que amenazara la paz en nuestro mundo

— Lo se, amor — pose mis manos sobre las de Tom que acariciaban de manera suave mi vientre, los movimientos de nuestros hijos no se hicieron esperar haciéndome esbozar una sonrisa — los has sentido? — me gire para verlo de frente, en sus labios se dibujaba la más bella de las sonrisas

— Se mueven mucho? — preguntó con tranquilidad sintiendo el movimiento dentro de mi

No lo hacían, mis hijos con regularidad solo se movían cuando yo me sentía mal, cuando sentía el mundo derribarse a mi al rededor, era ahí cuando ellos hacían acto de presencia recordándome nuevamente porque todo esto vale la pena. Pero sobre todo era la primera vez que se movían en presencia de alguien más, ellos parecían reaccionar a la voz de su padre

— No realmente, ambos son muy tranquilos — sonreí porque a pesar de todo ahí estaban mis dos pequeños bebés moviéndose como nunca antes lo habían hecho

— Es asombroso — me volteé mirando la manera en la que Tom admiraba mi vientre — tú eres asombrosa — sus manos se posaron en mis mejillas y sus labios se estamparon contra los míos

La cantidad magistral de hormonas que ahora corrían por mi torrente sanguíneo hizo de las suyas poniéndome en un fatal estado de necesidad, hambre y la extraña sensación de quererme sentir deseada, me sentía mal porque mi cuerpo no era lo que era antes, las curvas bien definidas que resaltaban todos mis atributos ya no estaban, en cierto punto de mi embarazo me había dejado de sentir atractiva así que sin quererlo y sin poderlo evitar las lágrimas empezaron a emerger de mis ojos volviendo aquel precioso beso en uno húmedo y salado