¿El destino es cruel? Por supuesto. Camille está segura de ello. Ella no confiaba en que podía llegar a amar hasta que llegó alguien que le hizo ver las cosas de otra forma pero, ¿qué pasa cuando esa persona te falla? El destino hace su mejor jugada...
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- ¿Qué dijiste? – sigo sorprendida por su declaración, todos sabemos que es lo que estaba esperando, pero eso no quita mi asombro, después de lo que acabo de sentir hace unos minutos, siento que me quedé dormida y estoy en un sueño profundo.
-Lo que debí de haber dicho hace mucho tiempo, incluso desde esa noche en el club. Cuando te subiste a ese taxi sabía que estaba jodido, pero me resigné a que la vida te había puesto en mi camino en ese momento para hacerme entender que me había equivocado años atrás y con eso me conformé, hasta que te vi en Hammond. Sabía que tenía otra oportunidad y no la iba a desaprovechar, de una forma u otra iba a conseguir que me perdonaras y te acercaras a mí otra vez.
-Te perdoné hace tiempo, lo sabes.
-Si, pero tu confianza también me la tenía que ganar.
-Y la has conseguido, confío en ti, con mi mente y mi cuerpo, toda yo.
-Aún siento que no merezco esa confianza, Cami tienes que saber que... - Mi teléfono comienza a sonar interrumpiendo a Sebas con varios mensajes de texto.
Gabriel: Hola Camille, probablemente estés dormida. Supongo que ya viste el anuncio que tuve que dar. Sé que no lo planeamos y espero que no estés molesta, pero fue la mejor oportunidad que se dio. Espero que podamos hablarlo para explicarte la situación.
-Ya había olvidado el video, regresando voy a tener que hablar con él. – Le muestro los mensajes a Sebas mientras escribo una respuesta rápida.
Cami: Lo vi, será mejor que lo hablemos cuando este de regreso.
-Son casi las dos de la mañana, deberíamos de volver a nuestras casas a dormir. – Le digo a Sebas viendo la hora en mi celular, asiente y comenzamos a vestirnos.
La vibra con Sebas se sintió diferente después de los mensajes de Gabriel y yo intenté recordarle lo mucho que lo amo antes de que me dejara en casa de mi madre. Entro con el mayor silencio posible, seguramente todos están en su quinto sueño y no quiero despertarlos. Abro la puerta de mi cuarto y casi me hago en los pantalones del susto cuando prendo la luz.
-Fuck! Nico me espantaste. ¿Por qué estás en mi cuarto a las 2 de la mañana?
-La pregunta es ¿Por qué tú no estabas en tu cuarto a las 2 de la mañana?
-Estaba con Sebas, no sabía que debía pedirte permiso.
-Tienes razón, no tenías que hacerlo, no soy tu papá.
Noto cierta tristeza en la forma en que lo dice, creo que fui muy dura con mis palabras porque fue el mejor hermano mayor que tuve y me cuidaba como mi padre nunca lo hizo.
-Tal vez, pero siempre fuiste mejor que el verdadero, eres como un padre para mí Nico. – Se me corta la voz y las lágrimas comienza a llenar mis ojos.
