¿El destino es cruel? Por supuesto. Camille está segura de ello. Ella no confiaba en que podía llegar a amar hasta que llegó alguien que le hizo ver las cosas de otra forma pero, ¿qué pasa cuando esa persona te falla? El destino hace su mejor jugada...
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De alguna forma se siente normal estar tomados de la mano, Sebas actúa tan casual, y la forma en la que me sostiene me hace sentir segura. Caminamos hacia nuestras oficinas y la mía es la primera en el camino.
-Hola Mada, buen día.
-Ya veo que es un buen día.
Sebas suelta una risa y yo lo golpeo en el estómago con mi codo, volteo a ver a Madahi que no puede ocultar la sonrisa de su cara, abro los ojos tanto que se me pueden salir y eso es suficiente para que ella deje de sonreír.
-Mmh- Sebas carraspea y yo regreso mi atención hacia él- ¿te veo en media hora en la sala de juntas? Tenemos mucho trabajo por delante.
-Perdón que me entrometa, pero el señor Hammond me pidió que te dijera que en cuanto llegaras fueras a su oficina Cami.
-¿Notaste de qué humor estaba?- Me giro hacia ella, a lo largo del tiempo que llevamos trabajando juntas nos hemos dado cuenta que Geoffrey, como yo lo llamo, es muy transparente y es muy fácil saber si algo le molesta, mortifica o si lo alegra.
-No lo sé, se le veía contento pero preocupado.
-Okay... gracias Mada.
-Oh, otra cosa, la sala de juntas está reservada para todo el día, no van a poder reunirse ahí.
-Gracias Madahi, ¿entonces te veo en mi oficina en una hora?
-No lo creo. - Regreso mi mirada hacia Sebas.
-¿Crees que te tome más tiempo tu reunión con el señor H?
-No, a lo que me refiero es que no creo que debamos vernos en tu oficina, creo que es mejor trabajar en la mía.
-¿Y tomar el riesgo de que tus amigas nos interrumpan?
-¿Te preocupa que alguien entre y...?
-Y te distraiga y no podamos terminar. - Tiene razón, mis amigas entrarían en cualquier momento y solo nos distraerían.
-Si, claro. - Respondo.
-Te veo al rato- me da un beso en los labios y se va por el pasillo.
Volteo a ver a Madahi que está a punto de decir algo, pero la detengo, esta mujer es muy amiga de muchas otras de aquí y sé que va a tener mucho contenido por compartir.
-No digas ni una sola palabra, lo que veas a partir de ahora es entre Sebas y yo. Te aprecio mucho Mada, pero sabes que no me gusta estar en bocas de otros y es parte de mi vida personal.
-Lo entiendo, y sabes que puedes confiar en mí. Me agrada mucho el señor Cavanaugh, me da gusto lo que hay entre ustedes, supe desde el principio que había algo especial por aquí. Tal vez no seamos las grandes amigas, pero sabes que cuentas conmigo, te aprecio y respeto mucho Cami, así que no te preocupes por mí.
