¿El destino es cruel? Por supuesto. Camille está segura de ello. Ella no confiaba en que podía llegar a amar hasta que llegó alguien que le hizo ver las cosas de otra forma pero, ¿qué pasa cuando esa persona te falla? El destino hace su mejor jugada...
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Han pasado tres días desde la última vez que hablé en persona con Sebastian, aunque tenemos trabajo pendiente por hacer, ninguno de los dos ha querido acercarse al otro. Madahi me ha estado pasando todos los recados que Sebastian le manda y yo se los paso a ella para que se los dé a él.
Eso es algo que siempre me ha molestado de Sebastian, su orgullo es más grande que su cabeza -y vaya que es grande- y prefiere perder a las personas, que perder ese maldito orgullo. Muchas de nuestras discusiones de amigos se terminaban resolviendo porque YO era la que daba el primer paso, pero ya no más.
Un día me dice que quiere que las cosas estén mejor entre nosotros y al siguiente se aleja por completo, si, tal vez yo tuve mucho que ver al respecto, pero en ese momento estaba muy confundida por todo lo que me había dicho la noche anterior.
Por un lado, sus celos cuando me vio con Graham- uno de los chicos más guapos y populares de la escuela- hicieron que quisiera hacerme daño de alguna forma, que jodido pudo haber estado para llegar a pensar así, todo lo que hizo a partir de ese momento fue parte de su enojo y como siempre no quiso hablarlo en su momento y armó un jodido desastre.
Por otro lado, está la parte de Elina Lentz, esa mujer, sé que de alguna forma le afecta a Sebastian la sola mención de su nombre, hay algo que ocurrió entre ellos dos después de graduarnos, espero que algún día sea capaz de contarme, porque quiera o no siento un hueco en el estómago al pensar en miles de posibilidades que ocurrieron.
Por último, el hecho de que estaba enamorado de mí, ¡SAY WHAT! A ver obvio que no era ciega ni sorda, claro que me daba cuenta de ciertas cosas que pasaban entre nosotros. Al principio creí que él tenía sentimientos más allá de una amistad, pero me asuste tanto, que creo que terminé asustándolo, si, lo asuste, comencé a actuar más como una amiga, con cero sentimientos románticos por fuera, pero por dentro haciendo una imagen del día de nuestra boda y de nuestros bebés juntos.
Además, el hecho de que muchos en la escuela hablaban de nosotros y de que éramos algo más que amigos, pero en secreto, hacía que me sintiera incómoda y yo actuaba de ciertas formas con Sebastian para que dejaran de pensar en eso.
También comencé a salir con algunos chicos, pero siempre que salía con alguno de ellos terminaba comparándolo con Sebastian, así que dejé de hacerlo, hasta que sucedió la cita con Graham. Recuerdo que ese día cuando llegué a mi casa le hablé por teléfono a Sebastian para contarle como me había invitado y como había ido la cita, pero no me contestó, creí que estaría dormido así que lo dejé para el día siguiente, pero tampoco respondió ni mis mensajes ni llamadas, así que decidí ir a su casa, pero no estaba y durante toda la semana fue igual, hasta el día que le pregunte en la cafetería.
Yo estaba muy enamorada de él, aun después de lo que me hizo, amaba todos sus defectos- que eran una cantidad considerada- y sus virtudes. Yo también soporté muchas veces cuando él salía con algunas chicas, eso sí, nunca me hablaba al respecto, cuando se trataba de su vida amorosa y sexual se limitaba conmigo.
