Capítulo 4

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Si alguien me hubiera dicho que esto me iba a pasar algún día lo hubiera mandado a la fregada y le hubiera sacado la vuelta, pero como siempre tienen que pasarme estas cosas a mí

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Si alguien me hubiera dicho que esto me iba a pasar algún día lo hubiera mandado a la fregada y le hubiera sacado la vuelta, pero como siempre tienen que pasarme estas cosas a mí. El maldito destino puede resultar tan cruel que llega a sorprenderte de la peor manera. Puede que esto solo sea parte de mi mala suerte, no lo sé pero aun así me está jodiendo la vida.

-Gracias, es un gusto trabajar con todos ustedes- Sebastian camina y toma asiento en una de las sillas vacías a lado del señor Hammond. Está en diagonal hacia mí, pero no quiero voltear lo mejor es que me distraiga con algo así que dirijo la mirada a mi libreta.

Tengo dos opciones: pararme en este momento e irme de la sala de juntas o seguir aquí y fingir que no pasa nada, que no me afecta en lo más mínimo la presencia de este hombre cuando en realidad es todo lo contrario.

La primera opción significa llamar mucho la atención y ya tengo suficiente con la que conseguí hace rato cuando Sebastian entró a la sala sin quitar su mirada de mí. Así que la descarto y me quedo sentada aquí, pero es como si en realidad no lo estuviera.

No me había dado cuenta que no estaba prestando atención a lo que hablaban ni cuánto tiempo había pasado hasta que Katie me toca el codo con el suyo y me pasa un post-it por debajo de la mesa que dice: no te quita la mirada de encima. Mi piel reacciona y se pone de gallina, nunca he logrado entender por qué me pasa esto solo con él.

Lo hago bola con mi mano derecha y lo guardo en la bolsa de mi vestido ya después lo tiraré. No sé cómo sentirme al respecto, me da coraje porque él actúa como si nada y al mismo tiempo está mostrando interés en mí, el mismo que me llego a mostrar algún día.

Aunque quiero voltear a comprobar lo que me dijo Katie, no lo hago. Es mejor así, él pudo haber dicho algo con respecto a que ya nos conocíamos, pero no lo hizo. Así que yo también haré como si no nos conociéramos.

-Camille, él será tu compañero, Sebastian tiene una gran experiencia en el campo y con todos tus conocimientos creo que harán una gran pareja- Mimi comienza a toser sé lo que está pensando y yo abro mucho los ojos y mi mirada se encuentra con la de él, veo una pequeña sonrisa y giro mi cabeza, ¿acaso le da risa la situación? Porque a mí no, no tiene ni un poco de gracia.

-¿Hay algo que quieras decir Mimi?- pregunta el señor Hammond.

-No señor, todo en orden- menea su cabeza y mueve su mano para restarle importancia.

-Bueno, esto es todo en la junta de hoy. Sebastian y Camille, los espero en mi oficina en media hora para hablar de todos los detalles del proyecto- asiento y comienzo a ponerme de pie, lo único que quiero es salir de aquí y tomar un poco de aire.

El señor Hammond termina la junta y yo salgo corriendo de la sala, sin darle la oportunidad a nadie de detenerme. Sé que van a hablar mucho de esta junta, yo sentía la incomodidad en todo el aire y no sé si todos lo percibieron, pero no descarto la idea.

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