CAPITULO 8: ¿Una guerra?

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Tan solo habian dormido cuatro horas, les costo despertar un poco, de no ser por las alarmas se habrian quedado dormidos, y era un dia importante. Te enseñarian lo que debias saber sobre el satelite. Estabas comenzando a despetar, entre el sueño y la consciencia estabas recordando lo que habia ocurrido ayer, pues, no estabas tan ebria como para olvidarlo. El efecto del alcohol habia liberado una parte tuya, el deseo... Por acostarte con Aizawa. Pero no recuerdas si habias confesado tus sentimientos a ese hombre... O solo tuvieron sexo.


Cuando abriste tus ojos estabas recobrando la vista poco a poco, llevaste una mano a tu cabeza pero tu brazo choco con algo, era el brazo de Aizawa, que te estrecho mas a su pecho. A: Si no fuera tan importante... Te pediria que pospusieras lo que tienes que hacer hoy Creias que habia sido un sueño, uno de esos sueños humedos, por lo que te congelaste al estar entre los brazos del pelinegro, tragaste saliva. E intentaste mantener la calma. Aun que, viendo el pecho de Aizawa, sintiendo su aroma... Recordabas todo lo que habias echo la noche anterior, te cubriste el rostro con tus manos pero, ante el minimo movimiento, te dolia la cabeza. Te quejaste y eso hizo que Aizawa reaccionara. Te beso primeramente la cabeza, luego mas manos. Para acomodarse y utilizar uno de sus codos sobre la cama como apoyador para observarte, estaban desnudos y cubiertos de la cadera hacia abajo con las sabanas.


A: ¿Estas bien...? ¿Te duele mucho?


Retiraste lentamente las manos de tu rostro, estabas sonrojada... Pero asentiste con la cabeza respondiendo


A: Lo siento... Tal vez, me acelere y fui muy bruto en algunas ocasiones... ¿Que tal tu cabeza?


Te sonrojaste mucho mas ya que tu pensabas que al principio hablaba de tu resaca. Negaste con las manos que tus caderas estaban bien, aun que, por el momento no te habias movido, por lo que no sentias nada. El se reia levemente te acaricio la mejilla y se levanto para tomar su ropa interior y al menos tener algo con que cubrirse para ir a buscar algo a la cocina, algo que pudieras beber, para curar tu dolor. Tu por otro lado, al recordar lo de anoche sentias que necesiabas un baño, cuando te pusiste de pie tus piernas no te funcionaron bien y caiste de rodillas al suelo. Ahora si podias quejarte de tus piernas y todo lo que fuera cadera. Sentias un aura azul sobre ti, y cuando escuchaste los pasos, tomaste la primera camisa cerca y te la pusiste para cubrirte, Aizawa te vio y se acerco rapidamente dejando una pastilla y un vaso de agua sobre la mesa de noche a un lado de la cama, para ayudarte a levantarte.


A: Creo que ahora si puedes sentirlo... Pero tranquila, solo ve con cuidado... Es normal que pase estas cosas despues de la primera vez


Sonreiste muy timidamente y el te entrego la pastilla y el agua. Bebiste casi todo el contenido. Aizawa permanecia en silencio, mirandoe de arriba abajo, caminaste con cuidado hacia el baño. Aun que antes, te detuvo.


A: Te vez muy sexy con mi camisa


No sabias a que se referia, pero cuando te viste a ti misma, y en un espejo de cuerpo completo cercano, notaste que te habias equivocado de prenda. Te sonrojaste nuevamente y alzaste las manos, fue inconsciente.


T/N: N-no es lo que crees... Y-yo queria tomar la mia... Y... A: Ni modo...


Se acerco a ti y te beso en la cabeza, para tomar tu rostro con sus manos y antes de besarte te miro fijamente.


A: Solo dejame enseñarte que sucede si vuelvas a colocarte algo mio


Las palabras no salian de tu boca, y cuando ibas a consultar al respecto el te levanto para rodear sus propias caderas con tus piernas y llevarte al baño. Una vez ahi dentro dentro de la bañera, el te enseño cuanto le provocaste accidentalmente al ponerse su camisa. Fue suave pero tu entrepierna seguia algo sensible que no pudiste evitar correrte apenas el te habia penetrado con cuidado. Siempre lo tenia sabiendo que estarias algo delicada. Una vez con el chofer, arreglado con otra prenda semi formal, de tras en los asientos estabas tu con Aizawa, y aun que el contrario parecia muy normal tu tratabas de discimular. Estabas mas destruida que recuperada pero al menos tu cabeza, sentias que no te iba a explotar. El pelinegro y tu hablaban del panorama. Seria bueno que el pudiera aprender tambien en caso de emergencia. Pero despues de esa charla el susurro que, al finalizar con ese asunto, queria hablar contigo de otras cosas. Temais por que fuera por lo que sucedio... Ya que ni siquiera tu sabes que significo. Recordabas que habian tenido sexo, pero no recuerdas si habias dicho algo en el momento. Solo apartaste la mirada y asentiste.


El camino termino y nuevamente estaban en la organizacion. Los recibieron pero primero los invitaron a tomar un poco de cafe. Para luego de terminar, dirigirse a la sala de monitoreo, en donde a ambos, con tu pedido de enseñarle tambien a Aizawa, les enseñaron las funciones del Satelite. No parecia nada complicado. Despues de seis horas. Se tomaron un descanso. Les invitaron almuerzo de la cafeteria. El profesor Aizawa se sento a un lado tuyo, al rededor habian otros cientificos que charlaban sobre algunos proyectos, e investigaciones, mas no de su trabajo puesto que eso lo mantendrian en secreto con otros miembros. Intercambiaste algunas palabras a modo cientifico, Aizawa prestaba atencion ya que te veia muy entusiasmada, sabiendo que ese era tu fuerte. Pero, aprovecho de hacerte una pequeña broma, cuando los otros cientificos desviaron sus miradas de ti. Deslizo su mano por debajo de la mesa para acariciar tu muslo. Al sentirlo tu cuerpo se tenso, intentaste no sobresaltarte y comer con calma pero, la mano del otro sentias que iba cada vez mas arriba. Lo miraste de reojo, con suplica que se detuviera pero esa mirada, sumisa que le habias lanzado... Lo habia provocado bastante. Por lo que su broma, como decian: El tiro le salio por la culata. Por suerte, ya habian finalizado la mayoria y era tiempo de volver, a si que te separaste rapidamente para dejar tu bandeja a donde los demas lo llevaban. Caminaste intentando respirar calmadamente. Y olvidar lo que habia echo, pero te dejo una sensacion en tu entrepierna que te ocasionaba un escalofrio en tu cuerpo.

Quiero estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora