Salió de la cocina con la bandeja en su mano enguantada, prácticamente chocando con su compañero, el cual protestó en voz baja mientras le dejaba pasar, apartando su propia bandeja.
Childe se disculpó en un murmullo, mientras recorría el corto pasillo y abrió las puertas con su mano libre, entrando hacia la gran sala.La elegancia del lugar le impresionaba cada vez más, Signora no dudaba en renovar la apariencia del restaurante cada cierto tiempo, invirtiendo cantidades de dinero exageradas.
Respiró profundamente, era un domingo noche, y a pesar de que al día siguiente sería día laboral, el restaurante había ocupado todas sus mesas, incluso para las tres horas siguientes sería prácticamente imposible ver una silla vacía.Se dirigió hacia la mesa donde pertenecía el pedido, esquivando a la gente sentada y a sus compañeros de trabajo. Se detuvo enfrente de un hombre, vestido con un traje negro y toques dorados de tres piezas. Impecable. Su cabello castaño estaba recogido en una coleta baja, con algunos mechones dispersos. Lo miró a la cara, quedándose embobado. ¿Y cómo no? Su belleza era innegable. Sus orbes azules se encontraron con las doradas, haciendo contacto visual directo.
Al darse cuenta de que había estado mirando por demasiado tiempo al contrario, dejó apresuradamente el plato de comida frente a él. El hombre sonrió, Childe le devolvió la sonrisa, dándose cuenta del maquillaje del contrario. Sus ojos estaban adornados por unas líneas de un rojo intenso, ¿cómo no se había dado cuenta antes?—Disfrute de su comida —Childe se retiró, había perdido demasiado tiempo en esa mesa, y temía que los dos platos que le quedaban por entregar se estuvieran empezando a enfriar.
Dieron las dos de la madrugada, la última mesa había sido vaciada hacía media hora, pero tenían que terminar de recogerlo todo.
Había sido una noche estresante, demasiados clientes, muy poco tiempo de descanso.
Childe se pasó el dorso de la mano por la frente, apartando los mechones de pelo de su frente sudorosa. Miró hacia fuera, las calles seguían iluminadas, pero dudaba que hubieran autobuses. Tendría que volver caminando a casa. Suspiró cansado, dejando la escoba en el almacén y quitándose el delantal.
—¡Oye, Childe! —cerró la puerta y se giró, encontrándose con Aether—. Hoy has estado un poco distraído, ¿te encuentras bien?
—Claro, ¿por qué no iba a estarlo? —levantó una ceja. Él pensó que había rendido como de costumbre, pero si Aether le decía lo contrario, quizás sería verdad. Después de todo el rubio se fijaba mucho en cada detalle.
—Casi te chocas conmigo, y te he visto quedarte mirando a un cliente. ¿No lo habrás asustado, verdad? —se cruzó de brazos. Se notaba que no estaba enfadado, más bien, se encontraba preocupado por Childe.
—Bueno... Supongo que necesito dormir un poco, llevo unos días que no consigo conciliar el sueño.
—Entiendo, entonces espero que te recuperes—el rubio sonrió, dándole unas palmaditas en el hombro a Childe y volviendo a limpiar una mesa—. En ese caso será mejor que te vayas a casa cuanto antes, ya has terminado de limpiar, ¿verdad?
—Sí, estaba pensando en irme...
—¡¡No tan rápido!! —Childe chasqueó la lengua al escuchar esa voz. Hizo el amago de empezar a caminar e irse, pero una mano le cogió el brazo y le hizo parar. El pelirrojo se giró hacia el de menor altura, el cual tenía el ceño fruncido, Childe hizo una mueca—. ¿¡Acaso sabes de quién te has quedado mirando!?
Scaramouche le soltó el brazo, frunciendo más el ceño y cruzándose de brazos.
—No, además, ¿cómo se supone que sabes eso? Tú eres el jefe de cocina.
—Aether me lo ha contado —Childe miró al rubio, el cual le sonrió en señal de disculpa—. Te has embobado con el Sr. Zhongli.
El interior de Childe dio un vuelco. Sabía que a ese restaurante acudían personas importantes, celebridades incluso. Pero Zhongli era algo totalmente diferente.
Era el CEO de Adeptus, una empresa que tenía poder absoluto del comercio, incluyendo rutas comerciales, contratos e influencia internacional. ¿Cómo no lo había reconocido? Recordó esos ojos dorados, unos ojos que solo había visto a través de una pantalla o en grandes carteles de anuncios por la calle.
—Tienes suerte de que el Sr. Zhongli no parece ser un tirano, pero ya sabes el tipo de gente que puede venir aquí —Scaramouche bajó el tono de voz en su última frase. Childe lo sabía perfectamente. Con 'personas importantes' no solo se refería a políticos y magnates, también podía acudir gente involucrada en la mafia. Si se hubiera quedado examinando a algún jefe de alguna organización criminal, probablemente no acabaría de una pieza.
Childe asintió, aún nervioso por no haberse dado cuenta de con quién había cruzado la mirada.
Odiaba tener que aceptar que Scaramouche tenía razón, el enano era insoportable, y Childe consideraba que él cocinaba mejor. Pero sus dotes sociales al parecer eran mejores que los del azabache, el cual no tenía paciencia para estar de cara al público.
Childe se despidió de Aether y le sacó la lengua a Scaramouche, saliendo por la puerta mientras se ponía el abrigo.
El frío lo invadió, notando el cambio de temperatura entre el interior del restaurante con la fría calle del puerto de Liyue.
Suspiró, observando cómo salía vaho cada vez que exhalaba por la boca. Se metió las manos enguantadas en los bolsillos de la chaqueta, y empezó a caminar.
Efectivamente el último autobús había pasado hace una hora. Suspiró nuevamente, empezando su largo trayecto hacia su apartamento.
[25/7/21]
Pondré la fecha de cuando fue escrito cada capítulo :).
Es literalmente la primera vez que estructuro una historia, tipo- ya tengo hasta el final pensado. TODO. Porque sí, el resto de mis historias están hechas bajo la marcha, y por eso hay tantos vacíos argumentales y está todo mal.
Pero bueno, aquí no debería haber tanto de eso.
Espero que disfrutéis de leer esta historia tanto como yo de escribirla, porque le estoy poniendo mucho amor <3
ESTÁS LEYENDO
𝙂𝙊𝙇𝘿𝙀𝙉 𝙀𝙔𝙀𝙎 [ 𝘼𝙐 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙞 ]
FanfictionChilde es un camarero de una de las cadenas de restaurantes más famosas en todo Teyvat, Zhongli es prácticamente el rey sin corona de Liyue. Dos personas que viven en mundos totalmente diferentes, pero que aún así crean una amistad, ¿hasta donde pue...