Cuando terminaron de ver la Galería de arte Zhongli le propuso a Childe ir a cenar, ya que habían pasado dos horas y ya eran las ocho. El pelirrojo rechazó la oferta, sus emociones se habían mezclado con su dolor de cabeza, el cual estaba volviendo a emerger tras haber estado medianamente bien.
—Es una pena, sin embargo he disfrutado pasar tiempo contigo —habló Zhongli mientras se dirigían al coche. Childe asintió, incapaz de hablar por el dolor que sentía. Su estado no pasó desapercibido a los ojos del castaño.
—Childe, ¿seguro que estás bien?
El de orbes azules se vió obligado a hablar, forzó una sonrisa y se giró a mirar a Zhongli, el cual dejó de caminar.
—Sí, claro... solo estoy un poco cansado —Zhongli frunció un poco el ceño, obviamente no se iba a creer una mentira como esa.
—Deberías haberme comunicado antes tu estado.
Childe no dijo nada, volviendo a caminar mientras Zhongli le seguía de cerca. Su cabeza empezó a dar vueltas, su visión empezó a ser borrosa y manchas negras la comenzaron a llenar. Childe notó como la rodilla derecha se doblaba sin él quererlo, haciendo que se desestabilizara. Zhongli detuvo su caída, pasándole un brazo por la espalda y cogiéndole por el costado.
—¡Childe!
—Estoy... estoy bien... —Zhongli se quitó el guante y le puso la mano en la frente, comprobando que el otro tenía fiebre. Childe no reaccionó ante el toque.
El de ojos dorados había notado un ligero olor a alcohol al principio de su encuentro, pero prefirió no decir nada. Sin embargo ahora las cosas estaban así.
Hablaría con él luego. La respiración de Childe empezó a ser pesada, sentía que los párpados le caían y estaba luchando para mantenerse consciente. Zhongli lo ayudó a caminar hasta que llegaron al coche, que por suerte no estaba tan lejos.
Colocó a Childe en el asiento del copiloto, poniéndole el cinturón. Zhongli condujo hasta el apartamento de Childe, comprobando que el chico se había quedado dormido (o se había desmayado), en algún punto del trayecto. El castaño cargó a Childe y rebuscó las llaves del apartamento en su bolsillo, consiguiendo abrir la puerta con éxito.
Se sorprendió de que el aire del interior del edificio fuera incluso más frío que el de la calle, no pudo evitar preguntarse cómo no cogía una hipotermia. Cerró la puerta tras de sí, volviendo a poner el cerrojo y dejando las llaves encima de la mesita del recibidor.
Miró a su alrededor, olía a Childe y a alcohol. Zhongli arrugó la nariz ante este último olor, olía demasiado. No tardó mucho en encontrar el dormitorio del pelirrojo, lo colocó cuidadosamente encima de la cama, quitándole la chaqueta y los zapatos. Zhongli no se había parado a mirar a su alrededor por las prisas de dejar a Childe, pero cuando lo hizo se quedó petrificado.
Había ropa esparcida por la habitación, cajas amontonadas y restos de basura. Zhongli hizo una cara de disgusto, ¿cómo podía vivir de esa forma? Suspiró, girando la cabeza y encontrándose con la caja de los palillos que él le había regalado.
Se preguntó si Childe había hecho uso de ellos o simplemente los había dejado ahí. Hizo una nota mental para enseñarle a usarlos. Al lado de la caja había un cuadro de Childe junto a tres niños parecidos a él, Zhongli suposo que serían sus hermanos pequeños. Recordó que el pelirrojo había mencionado sobre una hermana mayor, ¿quizás Childe tendría más hermanos mayores?
No quería invadir la privacidad del otro, sobre todo cuando se encontraba inconsciente y enfermo. Se dirigió al baño, que tampoco le resultó difícil de encontrar. Éste estaba bastante limpio a comparación del dormitorio, buscó en un armario un paño limpio y lo empapó con agua. Volvió a la habitación, donde Childe seguía durmiendo. Le puso el paño mojado en la frente, observando cómo sus mejillas estaban rojas.
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𝙂𝙊𝙇𝘿𝙀𝙉 𝙀𝙔𝙀𝙎 [ 𝘼𝙐 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙞 ]
FanfictionChilde es un camarero de una de las cadenas de restaurantes más famosas en todo Teyvat, Zhongli es prácticamente el rey sin corona de Liyue. Dos personas que viven en mundos totalmente diferentes, pero que aún así crean una amistad, ¿hasta donde pue...