Childe estaba atónito, en tan poco tiempo estaba conociendo a muchas celebridades. Es decir, Kaeya era famoso, pero no tanto como a nivel de Albedo o Zhongli. El joven vestía con un jersey de cuello alto azul, una gabardina blanca, pantalones negros y botas altas negras. Lo que más destacaba eran las flores de piedra lisa que colgaban de la gabardina.
—Creo que estáis exagerando, además Childe, tú eres amigo de Zhongli —dijo Kaeya, cogiéndole la mano al rubio y sin apartar la mirada de Childe.
—¿Zhongli? —Albedo miró al pelirrojo—. Sé quién es, pero nunca he tenido la oportunidad de conocerlo.
Su voz era calmada y suave, al igual que su expresión. Childe recordó cuando conoció al hombre, que estuvo encantado con el cuadro de Albedo que tenían en el restaurante. Quizás podría pedirle un autógrafo y dárselo a Zhongli.
—¿Pasa algo? —preguntó el pintor, mirando a Childe. No se había dado cuenta de que se lo había quedado mirando, tenía que deshacerse de ese mal hábito que tenía.
—Oh... no, nada —no quería aprovecharse de él.
—Insisto.
El pelirrojo pensó en las palabras que debía usar, su petición tampoco era tan descabellada, ¿verdad?
—¿Qué tal si habláis esto dentro? —me estoy congelando, dijo Aether, empezando a caminar dentro del edificio.
—Cierto, y la sesión de fotos empieza en unos minutos —apoyó Kaeya, soltándole la mano a Albedo y caminando al lado de Aether. El grupo entró en el interior del lugar, un sitio espacioso de techos altos, decorado con un estilo minimalista. En la entrada había un mostrador, y a unos metros de él unos asientos con una mesa en el medio. En las paredes solo había luces y algunas fotografías colocadas esporádicamente.
Al entrar se sintió el cambio de la temperatura, haciendo que un escalofrío recorriera la espalda de Childe.
—Ah, Kaeya —el recepcionista llamó la atención del joven, el cual se separó del grupo.
—Nosotros podemos ir a sentarnos ahí —dijo Albedo, dirigiéndose hacia los sofás.
—¿No vamos a ver cómo le hacen las fotos? —preguntó Aether, mirando como Kaeya los saludaba con las manos.
—No nos permiten entrar —respondió Albedo.
—¿Y para qué hemos venido entonces? —preguntó Childe.
—Probablemente porque quería presentarnos, si quieres puedes hablar sobre lo que ibas a decir antes.
Los dos rubios miraron a Childe, haciendo que se sintiera nervioso.
—Bueno... Esto quizás es un poco descarado de mi parte, pero... Bueno. Había pensado en que a Zhongli le gustaba tu trabajo, así que pensé en que podías darme un autógrafo y...
—Me parece bien —Albedo sacó de su gabardina un pequeño cuaderno y un bolígrafo.
Childe se sorprendió ante la respuesta del pintor, cosa que no pasó desapercibida.
—¿No es lo que querías? —preguntó extrañado.
—No... O sea, sí. Pero no pensé que ibas a aceptar tan rápidamente...
—No tengo ninguna razón para oponerme —contestó mientras empezaba a dibujar en el papel—. Nos acabamos de conocer, así que tómalo como un obsequio. Además, eres el amigo de mi novio así que aún tengo menos razones para negarme.
—Ya veo...—se quedaron unos pocos minutos en silencio, escuchando como Albedo trazaba sus líneas hábilmente sobre el cuaderno.
—Y Zhongli es alguien interesante a quien dibujar, sobre todo —arrancó la hoja tras hacer un rápido movimiento de mano, y le entregó la hoja a Childe. Este cogió el papel como si se fuera a romper en mil pedazos, observando el retrato que Albedo había hecho de Zhongli. Era un busto bastante detallado, sus facciones, su expresión, el peinado, el maquillaje... Incluso su pendiente. Childe no sabía mucho sobre arte, pero sabía cuando alguien era realmente apasionado a lo que se dedicaba.
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𝙂𝙊𝙇𝘿𝙀𝙉 𝙀𝙔𝙀𝙎 [ 𝘼𝙐 𝘾𝙝𝙞𝙡𝙞 ]
FanfictionChilde es un camarero de una de las cadenas de restaurantes más famosas en todo Teyvat, Zhongli es prácticamente el rey sin corona de Liyue. Dos personas que viven en mundos totalmente diferentes, pero que aún así crean una amistad, ¿hasta donde pue...