Al llegar de la universidad lo primero que hago es dirigirme hacia la oficina del director, Niels está al otro lado de la puerta esperándome en una de las sillas frente al escritorio de la secretaria.
Hablo con el director y firmo algunos papeles.
Al terminar de charlar salgo de su oficina, Niels me abraza de inmediato transmitiéndome todo su apoyo.
Ya todo está planeado.
En la noche del sábado encuentro a Emma en la cocina y me ofrezco a ayudarla con la cena.
No he visto a Louis últimamente y eso de cierta manera me ayuda con lo que tengo planeado.
El timbre retumbó por las paredes de la casa. Mire a Emma con extrañeza no esperamos visitas.
—Yo iré —Se ofreció ella—quizás a Louis que se le olvido las llaves.
Asentí y me volví para girar los panqueques. Escuché la puerta abrirse unos murmullos y luego volver a cerrarse.
— ¿Emma? —Llame luego de unos minutos, la casa se había sumido en un silencio espeso.
No escuche sus pasos acercarse.
Limpie mis manos en el delantal, apague la estufa y salí de la cocina.
La vi parada de espaldas a la puerta, su mirada fija en una hoja, cuando se giró a mi dirección su mirada encontró la mía, permaneció inmóvil, como si hubiera visto un fantasma.
— ¿Que sucede? —Di unos pasos hacia ella.
— ¿Qué es esto, Harry? —Alza la hoja. No comprendí lo que sucedía.
— ¿Un papel?
—Una multa—Pauso— Una multa por actos obscenos en la vía pública. — Termine la frase junto a ella en mi mente.
Quedé pasmado sintiendo como el mundo se detenía a mi alrededor. Las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas.
—Emma...—Intente decir algo, cualquier estupidez que mi tonto cerebro fuera capaz de crear.
Se acercó a mi con su cara roja como un tomate.
—Léelo—Ordeno tendiéndomela.
No la agarre.
—Emma—Intente decir de nuevo.
— ¿¡Emma que!?—Grito con cólera— ¿¡Emma que, Harry?
Alzo su brazo con la palma abierta, cerre los ojos, listo para recibir una bofetada.
Una bofetada que nunca llego pero que la merecía.
Al abrir los ojos de nuevo. Ella baja su mano en un puño gruñendo de frustración.
Estrujo el papel contra mi pecho con tal fuerza que me sorprendí de no haberme tambaleado.
Me sentí aturdido, muerto en vida al ver a Emma en ese estado. Muerto en vida al verme a mí en este momento.
—Léelo— dijo una vez más, un sollozo ahogado acompaño sus palabras.
Con manos temblorosa agarre el papel que aun presionaba contra mi pecho lo primero que vi fue el primer párrafo escrito en negrita y cité esa única oración. Ni siquiera sentí mi corazón latir, ese cobarde ya hace tiempo había salido huyendo de mi cuerpo.
—Se le informa a través de este presente al Señor Louis Debo y al Señor Harry Hendrix que la fianza por actos obsesiones en la vía pública ha sido cumplida.
Hace un gesto de negación al tiempo que se aparta de mí. Me da la espalda caminando hacia la mesita que esta aun lado de la puerta y agarra las llaves que descansan en el pequeño cuenco.
Me tomo un minuto en comprender lo que está haciendo. Corrí hacia ella, sin embargo,es más rápida.
Cuando llego a la puerta ya se ha montado en el coche cerrando la puerta de este con un fuerte golpe.
Louis viene aparcando al otro lado cuando ella sale a toda velocidad. Él baja de auto confundido observando como las luces del auto de Emma desaparecen en una curva. Me acerco a él con las lágrimas recorriendo mi rostro.
— ¿Qué ha pasado? —Es lo único que dice al estar junto a mi.
—Lo ha visto—Le entrego el papel y lo lee. Quizás solo la primera oración porque maldice, lo arroja al suelo y sube de nuevo al auto diciendo:
—Tengo que hablar con ella.
—También quiero ir—le digo. no me escucha o finge no hacerlo.
Derrapa al girar el auto.
— ¡Louis! — Corro tras el vehículo en un vano intento de alcanzarlo— ¡Louis! ¡Louis!
Grito tan fuerte que algunos vecinos se han asomado por las ventanas y algunos incluso han salido a ver qué ocurre.
Me quedo parado en la mitad de la calle bajo el cielo nocturno observando como el coche de Louis desaparece por la misma vía que el de Emma.
Con el nudo en la garganta hago añicos el estúpido papel y entro a la casa.
—
Permanezco en el sofá cubierto por una manta que me he traído de mi habitación.
Cuando Louis llega son pasada de la medianoche. Se ve exhausto.
Me incorporo como un resorte al verlo cruzar la entrada.
— ¿Qué ha pasado? —Inquiero angustiado.
Él suspira al quitarse el abrigo.
—No la encontré en ningún lado.
Me hundo de nuevo en el sofá apoyando los codos sobre las rodillas. Él acaricia mi espalda en movimientos circulares.
— ¿Que hemos hecho? —Las lágrimas vuelven aparecer como cascadas. Louis me lleva hasta su pecho, me abraza, me consuela y da besos sobre mi cabello.
Lloro hasta quedarme dormido sobre su pecho escuchando como su corazón late a mil por segundo.
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Placeres egoístas ♥EDITANDO♥
FanficNunca imagine estar atrapado en una situación así, simplemente no escoges a quien amar. Todo empezó el día en que decidí colocar mis de deseos delante de mi moral y honestidad. Comenzó el día en que me deje llevar por el placer y la lujaría que él e...