Placeres egoístas ♥EDITANDO♥

32

Tres días después:

Luego de salir de clases Niels me deja frente a la casa, le había contado lo sucedido. Admito con un poco de vergüenza que recibí unos cuantos insultos de su parte por no haber seguido sus consejos. Al final termino abrazándome mientras yo lloraba a lagrima viva.

Escuche el llanto de Emma desde su habitación al llegar al pasillo de arriba.

Me asuste como la mierda.

Caminé hasta donde provenía su llanto tendí la mano para abrir la puerta. Me debatí entre abrir o no el hecho de pensar que se había enterado sobre lo que ocurría con Louis me aterro.

Estos tres días lo había esquivado por completo, ignorándolo incluso frente a Emma y cuando ella no estaba solo me encerraba en la habitación.

Él dejaba una caja de pizza en la puerta cada vez que caia la noche, daba tres toques y se alejaba.

Él había dejado de insistir sobre aclarar su conversación con Emman era lógico que no había nada que aclarar.

Me armé de valor y entre a la habitación; la vi sentada en el suelo aun lado de su cama con sus piernas cruzadas en modo indio y una caja de toallas de papel aun lado, su cara totalmente hinchada. Alzo su mirada cuando entre y me relajo notar que no me miraba con odio.

Sus ojos estaban rojos y cristalizados al borde de las lágrimas, estaba incluso peor que yo cuando descubrí lo de su embarazo (Algo que ella no había dicho aun) Cerro sus ojos de nuevo y apoyo su cabeza al filo de la cama. Su cabello estaba hecho jirones, estaba vestida con una sudadera dos tallas más grandes que ella.

Mi corazón latió fuerte. Pensé que algo le había sucedido a Louis o peor aún a nuestros padres.

— ¿Que sucede? — pregunte con suavidad cerrando la puerta. Muy en el fondo temiendo a su respuesta.

Tomo varios bocados de aire antes hablar.

—Creo que esta con otra Hazz— dijo entre hipidos.

Mi corazón se saltó un latido. Mi mente trabajando a mil por segundo.

No hizo falta decir nombre para saber de quien hablaba.

— ¿Como lo sabes Em? — pregunte nervioso. Acercándome hasta ella.

—Él...— Me senté a su lado acariciando su espalda al momento que los sollozos se hicieron más fuerte.

Cubrió rostro con ambas manos y lloro unos minutos en silencio.

Espere a que se calmara, no sabía qué hacer.

—Él... Él ya no es el mismo, no me besa como antes, ya no me mira, ni siquiera me toca Hazz— Alzo la mirada hasta el techo, sus lágrimas caían como cascada.

La mire con nostalgia, sintiendo su dolor.

—Ya no hablamos como antes, siempre está ocupado o le llegan estos mensajes extraños y hace unos días... Encontré un bálsamo en su auto. — Abrí mi boca con asombro, tenía desde lo ocurrido que no le enviaba mensajes, pero antes siempre le enviaba uno que decía "Ven por mi" o "estoy aquí" me pregunte si no tenía mi numero registrado para que Emma no se diera de cuenta.

Supe de inmediato de quien era el bálsamo que había encontrado, Niels.

Louis iba conduciendo, mientras yo iba de copiloto y Niels en el asiento trasero. Vía a la fiesta que nos había invitado Tom. Mire a Niels por el espejo retrovisor, él estaba aplicándose ese bálsamo con aroma a coco que siempre llevaba consigo.

Nuestras miradas conectaron a lo que él dijo: — Esto es espectacular nunca se sabe cuándo besaras a alguien.

—Que precavido—dije en una risita. Cuando Louis llego a la casa de Hunter ambos bajamos del auto.

—Demonios, creo que se me cayó el bálsamo—dijo Niels alumbrando la acera con su celular y luego le restó importancia— como sea, comprare otro luego.

Me sentíí terrible por hacerle esto. Sabía que Louis le era infiel y lo peor es que era conmigo.

Y por primera vez caí en razón en lo que hacía, nunca lo había pensado de esta manera.

Podría contarle a Emma que el bálsamo es de Niels, que se le cayó cuando Louis nos llevaba a una fiesta, sin embargo, eso le haría dudar. Ella confiaba en que la incluíamos y le contaba todo lo que sucedía en casa.

En lugar de pronunciar alguna palabra la abrace. Emma lloro aún más fuerte, su llanto partió mi corazón.

Lo siento Emma me odiaras por todo esto, nunca fue mi intención dañarte.

—No tengo palabras, ni siquiera puedo creerlo— susurre apoyando mi barbilla en su cabello.

— Es horrible Harry.

Una solitaria lagrima recorrió mi mejilla.

Quizás puede haberle dicho que lo estaba imaginado, que hablara con él y aclarara las cosas, no fui capaz de hacerlo ¿Con que moral? era un idiota me había acostado con su esposo.

Esa noche me quede a su lado hasta que estuvo un poco más calmada, le convencí de acostarse en la cama y me ofrecí en prepararle un té para que se tranquilizara y pudiera dormir.

Una hora después se había quedo dormida con el cabello pegado a su rostro por las lágrimas.

Salí de su habitación con sigilo hacia la mía donde por fin puede descargar mi propio dolor en un llanto silencioso.