Temblaba, pero aún con los dedos temblorosos, cambiaba las páginas del libro, buscando la sección de exorcismos. Sabía algo del protocolo, aunque no era mucho: debía saber el nombre del demonio para poder liberarlo, y aunque lo sabía, no tenía ni idea de cómo se desterraba uno.
Hiccup estaba caminando de un lado a otro en la habitación, Mala les había prestado una cabaña par despejarse un poco, nadie hacia ni un sonido, ni siquiera Snotlout, quien apenas había despertado y todo el mundo le comentó lo que estaba pasando, siendo él el único que no parecía tan aterrado como todos los demás. Astrid sabía el peso que estaba cargando ahora, había visto con sus propios ojos a Kaira, había hablado con él demonio que estaba habitando en ella, que se la estaba comiendo desde dentro. Sabía que no le quedaba mucho tiempo.
Ni siquiera sabía cómo dirigirse a Hiccup ahora, no sabía si tenía que disculparse, seguramente sí, porque de no ser por ella, esto jamás habría pasado, y eso le dolía más que cualquier cosa que haya sentido antes. Había visto como los ojos de su amigo se habían humedecido al ver a su pareja en ese estado; no lo culpaba si él dejaba de confiar en ella, o si dejaba de hablarle para siempre, ella lo aceptaría.
Jamás había sentido tanta culpa en su vida.
Volvió a llorar, está vez, sin tantos sollozos. Se avergonzaba de eso, después de ser expulsados por el demonio, Astrid se había aferrado a Eret y no pudo parar de llorar hasta que los rítmicos latidos del corazón del hombreton la calmaron lo suficiente. Había sido demasiado vergonzoso.
Una de sus lágrimas cayó sobre el libro, limpió su mejilla rápido, disimulando lo mejor que podía, en cuanto a la página mojada, Astrid admiró que se trataba del capítulo de exorcismos. Aclaró su garganta, tanto para que su voz sonara mejor así como para que todos la escucharán.
—Creo que encontré algo.— habló Astrid con voz pastosa. Volvió a aclararse la garganta, no contenta con su voz.—Es el proceso para sacar un demonio del cuerpo.
Hiccup freno en seco, miró a Astrid con una mezcla de alivio, esperanza y necesidad en los ojos. Los demás, suspiraron aliviados, los gemelos incluso lanzaron un pequeño gritó de jubilo, la rubia trató de sonreír.
—¿Y como se hace?— preguntó Eret, aliviado.
—Primero, debemos averiguar el nombre del demonio— enumeró mientras leía.— Él nos lo dijo, así que primero debemos investigar sobre él, quizá haya forma de expulsarlo sin ninguna complicación.— Dijo, miró con pena a Hiccup, y antes de que ella pudiera pedirlo, él sacó una hoja de papel, y se lo pasó.— Gracias.— susurró y escribió el nombre:— Se llama Ajurbeterdup, todos los demonios tienen un origen, ¿Alguien puede identificar de dónde viene el nombre?
—¡Uhh! Creo que yo puedo. — se ofreció Fishlegs, quien tomó la hoja de papel. Eret también la miró por encima del hombro del rubio.— No suena para nada a las islas del sur, ni a los nombres ingleses... quizá es de más al sur...
Eret frunció el ceño, y luego cerró los ojos con fuerza. Cuando los demás notaron su reacción, él simplemente tomo un carbón y escribió en el papel.
—No podemos saber de dónde viene.— dijo mientras escribía.—Porque ni siquiera nos dio su nombre en realidad.— y expuso el papel.
En este, estaba escrito en letras grandes "PUDRETE BRUJA".
—Ajurbeterdup significa "Púdrete bruja" al revés.— descifró Fishlegs, Astrid suspiró frustrada y se cubrió la cara con las manos, sintiendo sus ojos arder de coraje.— Estamos en el principio.
—Oye, eso no se vale.— reprochó Tuffnut, molesto.
—Es un demonio, ¿Que esperabas?— le respondió Ruffnut, como si fuese algo obvio.
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La Bruja y el Dragón: En busca de la Tryllestav
General FictionDespués de la interrupción de su ritual, una bruja jura venganza hacía Berk. Ahora que ha vuelto, con más poder que antes, sumerge a Berk en la eterna oscuridad y la total miseria. Berk no tiene más esperanza que Astrid, una bruja, maldecida por su...